La Asociación Latinoamericana y del Caribe de Transporte Aéreo (ALTA) ha advertido que las compañías aéreas mexicanas tendrán un gasto adicional de 480 millones de pesos tras la aprobación del impuesto a la turbosina.
El gravamen de 0.12 pesos por litro de combustible representará una carga financiera adicional y debilitará la competitividad de las aerolíneas, en opinión del director ejecutivo de ALTA, Eduardo Iglesias.
«Se espera que un aumento o impuesto adicional tenga un efecto dañino en la industria de la aviación en México, así como un impacto negativo sobre el turismo nacional y viajes relacionados con negocios», explicó en un comunicado recogido por El Economista.
A diferencia de otros combustibles, el de aviación no está sujeto a subsidios, por lo que resulta entre un tres y un siete por ciento más caro repostar en aeropuertos de México que en los de Estados Unidos.
De este modo se puede producir una reacción en cadena: el precio del combustible se repercute en los billetes, lo que provocaría una caída de las ventas, una bajada en las rutas y, en último término, la pérdida de puestos de trabajo.
Precisamente, las aerolíneas mexicanas han invertido unos 25.000 mdd en la renovación de su flota con aviones más eficientes que reducen las emisiones de dióxido de carbono en un 20 por ciento.