En el epílogo de la obra titulada “2020”, aun no vemos la luz al final del túnel, sin embargo, vislumbramos algunos rayos intermitentes, con grandes expectativas y dudas sobre lo que se avecina en el próximo capítulo. Estamos siendo bombardeados con noticias referentes a la efectividad de la vacuna, y son grandes noticias, aunque no debemos dejar de lado la vicisitud imperante, y es que tener una cura para el COVID-19 no es una panacea, esto no resolverá todos los estragos económicos sufridos ni los cambios sociales en el mundo.
El turismo es un sector que ha sido atacado de forma muy agresiva por la pandemia, en un inicio por las cancelaciones y la falta de demanda, luego avanzó debido a los cierres provocados por las restricciones en cientos de destinos y después con una difícil labor de reaperturas debido a inversiones necesarias para crear hoteles seguros y contar con los protocolos adecuados. Hoy estamos en la lucha por encontrar y adaptarnos a nuevos mercados después de la desaparición de varios giros corporativos por la inclusión del home office y otras medidas sanitarias que minimizan los viajes por negocios.
Al momento de contar con la vacuna, es lógico suponer que la demanda incrementará debido a la seguridad que existirá teniendo, al fin, una cura, sin embargo la mayor parte del negocio corporativo no regresará, y los viajes de placer van a disminuir por la crisis económica en la que se encontrarán millones de personas, más allá de una solución, la vacuna es una oportunidad para evolucionar, después de que los hoteles tuvieran una dependencia casi total para la producción de sus ingresos, en el alto porcentaje de participación de las ventas de habitaciones, es momento de voltear a ver todas las posibilidades de generar utilidad con las diferentes áreas y servicios en los hoteles.
Seguiremos en este carrusel económico, emocional y social hasta que nos enfrentemos por completo a la nueva normalidad, y si esto significa contar con una vacuna segura y ampliamente distribuida, a partir de ese momento conoceremos el daño final y podremos comenzar con las acciones pertinentes, lo más importante será tomar las precauciones y medidas necesarias para prevenir la próxima tormenta, no sabemos que pasará, pero si somos conscientes de la incertidumbre y los porvenires, el futuro no será algo desconocido, será una oportunidad.