Las quiebras de Monarch y Air Berlin han supuesto la puntilla al modelo de aerolínea independiente centrada en el charter vacacional. Se está viendo que hoy este servicio solo pueden hacerlo las low cost y también las compañías aéreas de los gigantes turísticos como Tui y Thomas Cook. El resto de grandes emisores europeos, con excepciones como Jet2, deberá pasar así por las Ryanair y Easyjet de turno, lo que debería traducirse en un impulso al paquete dinámico.
Con las desapariciones de Monarch —la quinta mayor aerolínea británica y la más antigua del país, y de Air Berlin —que durante 20 años fue la líder en Mallorca— se pone el epílogo a un modelo de aviación que ahora se tiende a converger casi en uno solo, con distintos grados: bajos costes con servicio decente y cobrando por los extras.
Las low cost se parecen cada vez más a las tradicionales, tanto en su distribución como en el radio de su producto, al incluir la larga distancia, además de intentar mejorar su servicio y operar vuelos en conexión, mientras las tradicionales se parecen cada vez más a las low cost, por desagregar su producto y mediante ello poder abaratar el billete básico.
Las diferencias son cada vez menores, y el mercado ha llevado a una concentración en lo que casi es ya un único modelo pero con distinto grado de variables, y unos actores principales aún más fuertes, como Lufthansa al absorber la mayoría de Air Berlin, intentar lo mismo con Alitalia, mientras Ryanair y Easyjet se reparten parte del mercado de Monarch, y en España la mira está puesta en el futuro de Air Europa.