Se puede criticar a Aerolíneas Argentinas sin tener en cuenta afinidades políticas

Los dirigentes actuales de Aerolíneas Argentinas desautorizan las críticas a la compañía aérea argumentando que obedecen a una estrategia política contra los camporistas y kirchneristas. Aerolíneas Argentinas no es perfecta como no lo es ninguna compañía aérea del mundo, un negocio mucho más expuesto que cualquier otro a los sobresaltos. Por ello, criticar los errores que puede cometer la empresa no debería desautorizarse por sospechar de estrategias políticas, sino que debería aprovecharse para no volver a incidir en las fallas y prestar un mejor servicio al público. Las cancelaciones de los últimos días han dado una terrible imagen de Aerolíneas Argentinas, y más aún la falta de claridad para demostrar las causas reales. Si los actuales gestores quieren mantener una compañía aérea en manos públicas deben probar que la gestionan mejor de lo que se haría en manos privadas, y para ello no ayuda que no acepten las críticas ni que sean transparentes por miedo a represalias electorales. Usar Aerolíneas Argentinas como herramienta política no hace ningún favor para que se vea que la compañía aérea está mejor en manos del Estado a que sea propiedad de empresarios. Pero este argumento que parece cargado de lógica se antoja complicado dado que el presidente de la compañía, Mariano Recalde, compatibiliza el puesto con su candidaturas políticas.