El mismo día, iniciaron las pláticas entre, el gobierno de México y los Estados Unidos sobre los nuevos convenios bilaterales en materia de aviación, pilotos y sobrecargos se manifestaron en el aeropuerto en contra de lo que se pretende y el nuevo director de la Dirección general de Aeronáutica Civil Gilberto López-Meyer asegura que nada pasará.
Esto solo nos indica, que efectivamente algo esta pasando, los cielos abiertos sin duda es un gran reto para las empresas mexicanas, que deberían, si sucede, competir con nuevos y muy poderosos jugadores.
En general hemos escuchado a los actores del sector, y curiosamente los únicos en contra son las líneas aéreas, todos prevén nuevas oportunidades, más conectividad y por obvias razones más turistas.
Hemos escuchado a hoteleros decir, “es como si nosotros nos pusiéramos en contra de que se instalaran hoteles de inversión extranjera, ellos aquí están y las empresas mexicanas compiten frente a los más poderosos”
En las agencias de viajes, hay otros ejemplos, Julian Balbuena de Bestday ante la llegada de una de las fuertes de España, Logitravel, fue muy claro “bienvenida la competencia, nos obliga a ser mejores” en ese mismo tenor compite frente a Expedia, Travelocity, Hotelbeds.
Entre la empresa aéreas Aeroméxico es la única de las grandes que ha dicho que si, pero incluso la CANAERO, Cámara Nacional de Aerotransportes, fue claro al fijar su postura previo a la reunión, manifestándose a favor de cualquier acuerdo que “incremente el tráfico de pasajeros y carga, que fomente una competencia sana y sostenible en las empresas del sector”.
Es difícil saber que va a pasar, el gobierno ha sido proteccionista con las líneas aéreas y quizá no quiera cargar con las culpas de algunas posibles quiebras, sobre todo después de la partida de Mexicana. El nuevo discurso en DGAC y la presión de los “nombres” de tras de la líneas aéreas, me hacen pensar que poco o nada sucederá.