En un momento en el que los números que arroja el sector turístico mexicano son inmejorables (especialmente respecto a la llegada de visitantes internacionales en los siete primeros meses del año, un 7.2% superior al mismo periodo de 2012, según el Banco de México), huracanes de lluvia y de descontento han venido a incumplir la mejores previsiones de este septiembre.
Las perspectivas para este puente patrio eran positivas y podrían haber aportado una derrama económica de 4.767 millones de pesos, con una ocupación media hotelera del 50% y un movimiento de casi 2 millones de viajeros, según había manifestado la pasada semana Jorge S. Hernández Delgado, presidente de la Confederación Nacional Turística (CNT); pero la presencia de Manuel e Ingrid arrasaron con todas las expectativas del sector, provocando pérdidas, aún incalculables, por cancelaciones y por daños a infraestructuras.
El huracán más virulento, Manuel, ha afectado a 1,2 millones de personas y aún mantiene varados a 40 mil turistas en Acapulco, un destino que, pese a la dimensión de la tragedia que lo asola, ha demostrado la capacidad de reacción de su sector turístico dando respuesta a los visitantes damnificados con importantes descuentos y gratuidad en las estancias hoteleras y con un aumento de frecuencias de vuelos, protagonizada por Interjet y otras compañías, a fin de facilitar la evacuación de pasajeros una vez reanudada la actividad en su aeropuerto. Al otro lado del país, en el puerto de Veracruz, la actividad turística también sufrió un duro embate, pero las comunicaciones no han sido suspendidas.
Según el Servicio Meteorológico Nacional, los remanentes de Manuel pueden ocasionar una amplia zona de tormentas frente a las costas de Nayarit y Culiacán en las próximas horas; mientras que Ingrid puede disolverse con chubascos y actividad eléctrica hacia la península de Yucatán.
El que no tiene previsiones de disolverse es el huracán social que encabeza la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), que desde el mes de agosto viene paralizando algunas arterias y plazas de la ciudad de México. Ante la falta de acuerdo y de dialogo en su protesta contra la reforma educativa de un país que dedica el 6,2% del gasto de su PIB a educación, las acciones de protesta significan pérdidas (disminución de ventas estimadas) que ascienden a 10 millones 675 mil pesos diarios, según la Secretaría de Desarrollo Económico; pero, lo que resulta aún más preocupante, es que ya se están traduciendo en una caída de reservas hoteleras, que ronda el 15% para la próxima temporada de invierno, ha dado la voz de alarma Miguel Torruco, secretario de Turismo del D.F.