Todos estamos deseando que un sector tan potente como el turístico, el cual es un importante termómetro de la salud de la economía, recupere las cifras pre pandemia o incluso las supere.
Lo cierto es que las previsiones en Estados Unidos auguran un incremento de cifras respecto a 2022 y alcanzando casi las cifras de 2019, pero la realidad es que a pesar de recuperar la barrera psicológica de un volumen de negocio de 1 trillón el sector tendrá que navegar una fuerte tormenta que se avista en el horizonte.
El volumen de viajes de negocios nacionales alcanzará el 93 % de los niveles previos a la pandemia en 2023, mientras que para el segmento vacacional no se prevé ninguna mejora sustancial.
Si por el contrario valoramos los datos de llegada de turistas extranjeros a los Estados Unidos, a pesar de los recientes cambios en materia de restricciones y pruebas médicas, la previsión es que los volúmenes pre pandemia no se recuperarán hasta 2025.
Una vez analizado el mercado turístico de US como mercado receptor, podemos centrarnos en el mercado americano como emisor.
Es cierto que la tormenta económica y energética nos avanza un otoño incluso un invierno complejo. Pero en todo esto hay un claro beneficiado, la fortaleza del dólar respecto a otras monedas latinoamericanas o europeas le ha hecho ganar en poder adquisitivo, debido a esto los viajes para los americanos se han abaratado en esa misma proporción del 10%-15%.
Esto ha determinado que los volúmenes de turistas Estadounidenses se hayan recuperado rápidamente volviendo a volúmenes cercanos a 2019.
Finalizando, nos centramos en el volumen de reservas para el último trimestre del año 2022, el cual como mencionamos al inicio de este texto marca una bajada en el volumen de reservas de venta anticipada, si bien es cierto que el cuarto trimestre siempre se ha caracterizado por una menor venta anticipada y más lastminute, tendremos que esperar a los resultados finales del año para determinar si la tendencia recesiva en el sector es una posibilidad real.