Puerto Rico es latino: allí viven todo con pasión, con discusiones, con tensión. Como la promoción turística. Porque Puerto Rico, como ustedes se dan cuenta fácilmente, podría ser una potencia y, sin embargo, va siempre por detrás de su vecina Dominicana. Nunca llega a crear una imagen poderosa.
Después de interminables debates entre el partido Popular Democrático (más nacionalista y más españolista) y el Nuevo Progresista (más favorable a convertirse en un estado más de Estados Unidos), en 2017, el gobernador Ricardo Rosselló (de origen mallorquín, como denuncia su apellido) creó Discover Puerto Rico para que la promoción de la isla empezar a ser profesional. Las cosas, sin embargo, siguieron siendo controvertidas.
Hasta que, sin quererlo, un día el alcalde Miguel Romero hizo un comentario sobre Bad Bunny, un músico local que no tiene comparación. El alcalde de San Juan dijo que Bad Bunny había hecho más por la promoción de Puerto Rico que todo el mundo del turismo, lo que provocó dimisiones en la cúpula de la entidad Discover Puerto Rico.
El problema es que Romero tenía razón.
Bad Bunny es hoy una de la estrellas más importantes de la música. Es un rapero que lleva tres años siendo el cantante más demandado en Spotify y es el primer y único artista que ha llegado a estos niveles. Tiene vendidas las entradas para 49 conciertos en Estados Unidos y por ello se ha embolsado 211 millones. Lo de Bad Bunny es excepcional, increíble, como ya reveló REPORTUR.us (Miami: Messi, Taylor Swift, Bad Bunny y cruceros encarecen hoteles).
El reggaeton es un género musical urbano de Puerto Rico que ha tenido un éxito desmesurado. Bad Bunny es, además, muy sensible con su isla, de la que habla siempre y a la que va a convertir en la capital de la música, incluso con series de conciertos sólo en la isla.
Nunca nadie había tenido este éxito, lo diga o no el alcalde de San Juan, dimitan o no todos los responsables de la promoción turística del mundo.