La subrogación de vientres es una práctica que está legalizada en dos estados mexicanos: Sinaloa y Tabasco, mientras que otros dos la prohíben explícitamente: Querétaro y Coahuila. En el resto del país prolifera hasta convertir a México en un destino para el turismo de la subrogación al atraer cada vez más a extranjeros en su búsqueda.
En México, esta práctica se promociona a través de las redes sociales. Son empresas no asentadas en el país que pueden ser transnacionales, las que efectúan dichos procedimientos. Los padres y madres de intención las contratan para que funjan como mediadoras, entre ellos y las gestantes.
Las empresas mediadoras son agencias que pueden ser virtuales y se encargan de contratar diferentes clínicas para que lleven los procedimientos médicos necesarios. Sin embargo, en el país, también hay clínicas físicas que efectúan todo el proceso, recoge Cimacnoticias.
Acadámicas, analistas y políticas como la diputada priista, Blanca Alcalá, ha puesto la voz de alarma ante esta práctica que se extiende en el país ante la falta de regulación adecuada y que constituye una nueva forma de trata de personas.