El 21 de octubre de 2005 Cancún sufrió el arribo del huracán más fuerte de su historia al que se bautizó como Wilma. Fueron 72 horas de lluvias torrenciales y vientos de hasta 295 kilómetros por hora que dejaron como saldo cinco fallecidos y pérdidas materiales por 67.5 millones de dólares.
El ojo del huracán pasó primero sobre la isla de Cozumel cuyos daños fueron devastadores, al igual que toda la parte norte del estado de Quintana Roo. El ojo se movió lentamente hacia el norte, pasando justo al Noreste de Cancún.
Diversas zonas de la península de Yucatán tuvieron vientos de huracán por más de 70 horas consecutivas debido a que un frente frío no permitía que Wilma avanzara por lo que estuvo estacionado sobre Cancún causando destrucción de proporciones épicas, sobre todo en la zona hotelera y las playas.
50 mil turistas se quedaron atrapados en el destino con los hoteles inoperables. La mayoría de las playas del litoral de Quintana Roo desaparecieron por el avance de la marea.
El entonces gobernador Félix Gonzalez anunció la declaratoria de alerta roja para todo el estado y el Ejército se instaló con antelación e implementó formalmente el Plan DN-III para atender la emergencia. También arribaron 80 elementos de la Cruz Roja Mexicana para apoyar a la delegación de Quintana Roo.
En los días previos a la llegada del huracán, la población protagonizó compras de pánico dejando las estanterías de los supermercados vacías a las pocas horas de declararse la alerta. Lo mismo ocurrió con las estaciones gasolineras.
En los días posteriores, se intensificaron los robos, saqueos, explosiones por fugas de gas y descargas eléctricas en las ciudades. Catalogado como el huracán más intenso jamás registrado en el Atlántico, Wilma también dejó pérdidas ambientales que a la fecha se siguen recuperando.
Para enero de 2006 el Gobierno de México realizó una inversión de 217 millones de pesos para la restauración de playas devastadas. En esa fecha, el entonces secretario de Turismo federal Rodolfo Elizondo anunció que los hoteles comenzarían a operar por completo en mayo del 2006. No obstante, la recuperación de la infraestructura turística de Cancún y Riviera Maya se extendió por dos años.