Las cuatro grandes low cost europeas coinciden en ralentizar su crecimiento de capacidad para España este 2020, o incluso reducirla, con lo que se establece un antes y un después tras años de grandes crecimientos de un segmento aéreo que parecía no tener límites y ahora da claras muestras de tocar techo, como desgrana esta sección Fin de semana de análisis en REPORTUR.
El frenazo al crecimiento de la oferta entre Europa y España de Ryanair, Easyjet, Vueling o Norwegian se explica sobre todo por el enfriamiento de la demanda, un factor que se evidencia también en la sobrecapacidad del mercado europeo desde hace varios años, que está afectando a los ingresos de las aerolíneas.
El diario El Economista señalaba recientemente que a oferta de asientos en las rutas de corto radio (mercado doméstico e intraeuropeo) iba a caer un 1,1 por ciento de media frente al incremento del 6,2 por ciento registrado un año antes, a causa del estancamiento económico comunitario y del desvío de viajeros a otros destinos.
Según OAG, el ajuste se concentrará en los vuelos entre España y el resto de Europa, donde se pronostica que las aerolíneas bajen su capacidad el 2,9 por ciento, mientras que en el mercado doméstico se anticipa un ligero incremento del solo 1,6 por ciento, en contrate con los altos crecimientos anteriores.
Un año antes, las aerolíneas habían aumentado su oferta hasta un 6,7 por ciento de media dentro de nuestras fronteras y hasta un 5,9 por ciento en las rutas hacia y desde España, todo ello, antes también de una crisis como la del Boeing 737 Max que afecta sobre todo a Ryanair y Norwegian.
Así, la capacidad que ha dejado la quiebra de Thomas Cook no va a ser absorbida por el resto de las compañías, tal y como sí ocurrió tras la desaparición de Air Berlin o Monarch, aunque desde entonces las aerolíneas han visto obligadas a bajar los precios para mantener la demanda, y sacar rentabilidad de la venta de extras.
CASOS. Ryanair, la líder en España por número de pasajeros, aseguró hace poco que su tráfico en España bajará por primera vez en mucho tiempo, con un descenso cercano al 1 por ciento, en lo que tiene que ver el cierre cuatro bases en suelo español, el ERE sobre unas 400 personas.
La aerolínea que comanda Michael O’Leary también ha moderado sus previsiones de crecimiento global al 3 por ciento frente al 8 por ciento estimado inicialmente, a la vez que ha reconocido que sus tarifas cayeron el 5 por ciento, aunque compensó ligeramente este descenso con los mayores ingresos por los ‘ancilliaries’.
Vueling, de su lado, anunció que no planifica aumentar su capacidad en todo el año 2020, frente al crecimiento del 8,8 por ciento que había previsto para el pasado 2019, después de que la low cost constatara un frenazo en sus reservas, pronosticando que tras 15 años de vida, 2020 será el primer ejercicio en el que no crecerá
Ante ello, David García Blancas dejó hace unas semanas, tras cuatro años, la dirección comercial de Vueling, siendo relevado por Manuel Ambriz, con el fin de reducir el impacto que le supone operar en una afectada Barcelona, donde supone el 40 por ciento de operaciones de El Prat, lo que le ha llevado a ser la única de las aerolíneas de IAG en no subir su oferta.
La low cost barcelonesa nunca había dejado de ganar capacidad desde su fundación ni siquiera durante el caos sufrido en 2017 que le obligó a replantear toda su operativa y frenar sus planes, pero ahora pospone a 2021 los planes de crecimiento, tras un pasado en el que los aumentos eran a doble dígito, incluso cuando competía contra Spanair en la Ciudad Condal.
MÁS EJEMPLOS. También en el caso de Easyjet el anuncio a un freno en su ritmo de crecimiento en las rutas a España se constata en la ralentización de su subida prevista a un 2,5 por ciento más de plazas, después de que el invierno pasado elevase su capacidad un 8 por ciento, en línea con los años anteriores.
Easyjet informó de una caída de los ingresos unitarios del 2,7 por ciento en su último año fiscal, en el que la capacidad ha aumentado un 10,3 por cineto y la ocupación ha reducido levemente. Así, su beneficio cayó el 3,4 por ciento hasta los 430 millones de euros, debido a la mala evolución del sector en invierno que compensó con la de verano.
Norwegian, por su parte, está a un paso de minimizar su presencia el mercado doméstico español, y a partir de este mes va a dejar de operar las rutas desde Madrid a Gran Canaria, Tenerife y Palma de Mallorca, a la vez que cierra la ruta Bilbao-Tenerife, aunque manteniendo la de entre Málaga y Gran Canaria.
La apuesta de Norwegian por España, del mismo modo que ha ocurrido con por ejemplo Argentina, ha sido fallida tras haber invertido mucho y quedar lejos de la rentabilidad esperada, unido, a los 18 Boeing MAX parados, por lo que la flota disponible se ha centrado en sus rutas más estratégicas.
Así, Aena ha rebajado al 1,1 por ciento el crecimiento del tráfico de pasajeros que espera para 2020, ante un fuerte descenso de la oferta a Baleares durante invierno, con Palma de Mallorca sufriendo una rebaja del 6,6 por ciento interanual, afectada en gran parte por la ralentización del mercado alemán, y de algún modo por el Brexit.
De este modo, la sobrecapacidad, la ralentización de la demanda, el estancamiento económico en Europa, las incertidumbres políticas como el Brexit o la formación de Gobierno, la crisis reputacional catalana, o los problemas con el Boeing 737 Max, han llevado a que por primera vez todas las grandes low cost demuestre haber tocado techo en España, augurando un claro estancamiento turístico para el país.
Ryanair y todas las demás low cost deberían empezar a tratar bien a los pasajeros y no como borregos