American Airlines (AA), la aerolínea internacional con más vuelos a Cuba, reafirmó este miércoles su intención de seguir ampliando conexiones con el país caribeño a pesar del endurecimiento del embargo y las restricciones de viaje anunciadas por Estados Unidos.
«Se está estudiando a nivel de impacto, pero en este momento nuestro enfoque es apostar por el mercado cubano a largo plazo y continuar nuestras operaciones, que siguen creciendo», indicó en La Habana el director de operaciones de la compañía en Cuba, Ramón Jiménez.
Jiménez representa a la aerolínea estadounidense en el Día de la Aviación en Cuba, un evento en la capital del país caribeño que forma parte de la agenda de jornadas de trabajo de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA por sus siglas en inglés), según revelaron varios medios.
El director de operaciones destacó que, desde mayo, American Airlines ofrece una conexión entre Miami (EEUU) y la ciudad oriental de Santiago de Cuba, en junio establecerá una segunda entre Miami y Santa Clara, y desde julio agregará un sexto vuelo diario entre Miami y La Habana.
La apuesta de la aerolínea estadounidense por Cuba contrasta con la política restrictiva de Trump, que además de aplicar el citado artículo III anunció próximas restricciones de viaje con el objetivo de acabar con las visitas de estadounidenses a la isla que no sean por motivos familiares.
Un total de 46 aerolíneas operan en 13 aeropuertos en Cuba, transportando a 9,6 millones de pasajeros en un total de 72.000 vuelos cada año que incluyen conexiones con 44 destinos de 26 países, según datos ofrecidos el miércoles por la IATA.
Esta institución también estima que el 10,6 % del producto interior bruto (PIB) de Cuba «proviene del transporte aéreo», según las cifras presentadas en el evento, y pronostica que el tráfico aéreo cubano se duplicará en los próximos diez años.
El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, difundió hace unos días en su cuenta de Twitter las reuniones mantenidas con los primeros espadas del sector turístico español en el marco de la Feria de Turismo FitCuba. Así, ha publicado sendas fotografías con Gabriel Escarrer, vicepresidente y CEO de Meliá; Miguel Fluxá, presidente del Grupo Iberostar, y Pepe Hidalgo, presidente de Globalia, donde se integran Air Europa y Be Live.
El primer mandatario cubano ha detallado junto a las fotografías que las empresas de estos directivos “gozan de plena seguridad jurídica en virtud de la Ley 118 de Inversión Extranjera y la Ley 80 de Dignidad y Soberanía de Cuba”.
Cabe recordar que hace unos días Estados Unidos amenazó con reactivar las sanciones contra empresas europeas que tengan inversiones en Cuba (Ley Helms-Burton), lo cual afectaría a las principales cadenas hoteleras españolas con intereses en dicha isla. Tras este anuncio, la Comisión Europea advirtió al Gobierno de Donald Trump que de llegar a cumplirlo podría denunciarle ante la Organización Mundial de Comercio (OMC) (La UE amenaza a Trump si reactiva las sanciones a inversores europeos en Cuba).
El asesor de Donald Trump, John Bolton, anunció este mes que se limitarán las remesas que pueden enviarse a Cuba desde Estados Unidos a “mil dólares por persona por trimestre” y el Departamento de Estado confirmó que está estudiando eliminar algunas de las doce categorías que permiten a los estadounidenses viajar legalmente a la isla.
Además, a partir de este jueves Washington permitirá las demandas en tribunales estadounidenses contra empresas multinacionales que operan en terrenos o inmuebles expropiados en Cuba tras el triunfo de Fidel Castro en 1959, lo que endurece aún más el embargo y amenaza con disuadir la inversión extranjera (EEUU eliminaría algunas de las 12 categorías para viajes a Cuba).
La decisión de Washington de levantar la suspensión de la ley Helms-Burton se traducirá en una avalancha de demandas ante los tribunales americanos para recuperar los inmuebles y solares expropiados. Esta situación, propiciada por una decisión personal del presidente Donald Trump, es seguida por cadenas como Meliá, Iberostar, Barceló, Be Live, Blau, Valentín y Roc.
La ley Helms-Burton, que EE UU prevé reactivar permitiendo a sus tribunales aceptar las demandas de los dueños de propiedades confiscadas en Cuba, tiene como objetivo, según los expertos, aislar a Cuba y generar un clima de miedo e incertidumbre que desincentive futuras inversiones (Trump exonera a los hoteleros en Cuba de demandas por expropiar).
La veda se abrió el 2 de mayo, cuando los tribunales federales de Estados Unidos empiecen a recibir reclamaciones de ciudadanos cuyas propiedades fueron nacionalizadas después de 1959, en una medida que llega acompañada de medidas para restringir los viajes, el envío de remesas y el incremento de la presión sobre el sistema financiero internacional.
José María Viñals, abogado especialista en sanciones, señala a El País que “pueden ser afectados todos aquellos que se beneficien o realicen operaciones comerciales que impliquen propiedades objeto de reclamación, no solo bienes inmuebles, tierras, edificios, hoteles, etc., sino también patentes y marcas, por lo que el espectro de posibles demandados es casi infinito”.
Explica Viñals que, en el caso de los hoteles, por ejemplo, la ley Helms-Burton “no sólo afecta a grupos como Meliá, Iberostar o Accor —aunque la propiedad de los establecimientos sea cubana—, sino también a los turoperadores, agencias de viaje o los que venden a estos hoteles jabón, toallas o lámparas” (Trump vuelve a amenazar a las inversiones hoteleras en Cuba).