Las grandes hoteleras del mundo acentuaron en 2018 el proceso de concentración de la industria a nivel mundial, con operaciones que siguieron la tendencia de los últimos años, de la que volvieron a quedar fuera las principales cadenas españolas que tienen músculo como para afrontar adquisiciones de este tipo, como recoge esta sección Fin de semana de análisis en REPORTUR
El pasado año las principales compras las protagonizaron Wyndham (La Quinta), Accor (Movenpick, Atton, SBE, 21c, Orbis), IHG (Regent), Minor (NH), Jin Jiang (Radisson), Hyatt (Two Roads), Choice (Woodspring), LVHM (Belmond) o AMResorts (Alua), que dieron continuidad a la gran operación de cuando Marriott absorbió a Starwood para dar lugar a la mayor hotelera mundial.
Fue por tanto un año intenso en materia de consolidación que puso de manifiesto la tendencia de la industria hotelera por achicar el número de actores ante la irrupción de un nuevo competidor como Airbnb y para ganar fuerza ante el pujante duopolio de comercialización que suponen Booking y Airbnb y sus elevadas comisiones.
La ola de adquisiciones también llegó a España como se pudo apreciar con el intento del Grupo Barceló por hacerse con NH, en una tendencia por la consolidación que la líder en España y tercera de Europa, Meliá, también confirmó con su intento de comprar la británica Elegant, a la vez que El Corte Inglés trató de vender su participación en Ayre.
ATOMIZADO. El CEO de Meliá, Gabriel Escarrer, diagnosticó hace más de dos años en un foro que existe una oportunidad muy importante hacerse con establecimientos ya existentes que hayan sido mal gestionados durante los últimos años y que hayan sido comercializadas únicamente a través de touroperadores.
Escarrer afirmaba tener “el radar puesto” para lograr una buena adquisición de un paquete de hoteles, si bien matizó que no tiene ninguna operación a la vista, pero recordando que aún en el país el 80 por ciento de establecimientos no está afiliado a ninguna cadena, y no tiene dudas sobre la consolidación que se va a producir en España.
En este proceso Meliá quiere tener un claro protagonismo, al asegurar que su capacidad de generar mayores rentas al propietario es clara frente a la gestión que ellos mismos puedan hacer, sin contar con la potencia comercial y de marca de una gran hotelera.
Meliá, Riu o Palladium serían las que más poder tendrían para liderar un proceso de concentración, pero apenas hay activos atractivos de volumen para ellas, y tanto Meliá como Riu o Palladium son más partidarias del crecimiento orgánico antes que mediante adquisiciones, y prefieren las alianzas a los intercambios de acciones.
Además, quizás la única candidata de cierto volumen sería Hotusa, aunque sus activos están en una gran parte hipotecados y su dueño no tiene intención de retirarse, mientras en otras cadenas donde los propietarios sí quieren jubilarse tienen el lastre de tener alquileres caros firmados en épocas de bonanza.
RIU. El pasado mayo, la CEO de Riu, Carmen Riu, anunció durante su participación en el Foro Preferente que su hotelera estudiaría comprar cadenas solo en destinos donde no tienen presencia, lo que supondría que la empresa turística española con mayores beneficios diera el paso inédito de lanzarse a una adquisición de otra hotelera.
Carmen Riu, no obstante, aclaró que no existe ninguna operación planteada a corto plazo, pero por primera vez se mostró en público abierta al crecimiento inorgánico en su cadena, que ha tenido un desempeño caracterizado por bajo endeudamiento y reinvertir sus beneficios en renovaciones y crear resorts desde cero bajo la supervisión de su hermano Luis Riu a pie de obra.
El gran inconveniente que puede encontrar Riu a la hora de buscar cadenas hoteleras para ampliar el grupo es, precisamente, el alto precio de venta de los establecimientos turísticos, pues los fondos de inversión han disparado el mercado y encontrar un hotel a un precio ajustado es, hoy por hoy, una tarea más que complicada.
Carmen Riu expuso asimismo que van a seguir como hasta ahora, con el 80% de establecimientos en propiedad y 20% en gestión que les permite facilidad de gestión y “hacer los hoteles como queremos”, y además, de este modo la familia Riu hace inversiones al mismo tiempo hoteleras e inmobiliarias.
CONTEXTO. Las últimas grandes operaciones protagonizadas por cadenas españolas fueron las de Barceló sobre Occidental y la de NH sobre la colombiana Royal, mientras ahora las cadenas extranjeras están en plena ofensiva por sumar establecimientos en España, lo que puede favorecerse porque haya más propietarios que ante las vacas flacas no le quede más remedio que empezar a vender.
Hesperia, por ejemplo, llegó a un acuerdo con AMResorts para cederle la gestión de sus hoteles vacacionales, mientras también negociaba con Hyatt, después de que la gran operación del año pasado en España correspondiera a la tailandesa Minor, que compró a la mayor cadena urbana española, NH.
Los fondos de inversión, de su lado, creen que de las cien primeras cadenas españolas, que se han mantenido prácticamente iguales desde el 2000, para el 2030 apenas quedarán la mitad, y ven lógico que no sean los grandes las que absorban a las pequeñas, sino que las medianas se fusionen entre ellas.
Las cadenas españolas con más recursos, según los fondos, no tienen como prioridad invertir en España pues los márgenes son menores que por ejemplo en el Caribe, por lo que si disponen de dinero prefieren buscar otros destinos más rentables en lugar de acometer enormes esfuerzos para integrar a otra hotelera en una zona más madura.
Así, apenas existe alguna cadena con tanto músculo como para entrar en operaciones con hoteleras muy menores a ellas, y ahí es donde emergen los financieros, como un tercer agente, capaz por un lado de liderar una integración entre dos hoteleras familiares, y por el otro capaz de aportar los recursos necesarios para llevarla a cabo.
Las grandes operaciones de 2018
Wyndham – La Quinta
Accor – Movenpick, Atton, SBE, 21c, Orbis
IHG – Regent
Minor – NH
Jin Jiang – Radisson
Hyatt – Two Roads
Choice – Woodspring
LVHM – Belmond
AMResorts – Alua