El Fideicomiso encargado de la promoción de la capital del país, conocido como Fondo Mixto de Promoción Turística de la Ciudad de México, es el organismo creado para financiar las acciones destinadas a promover los atractivos de la capital del país, y desde su creación en el año 1998, esta entidad ha contado con recursos cada vez mayores provenientes en su mayoría del impuesto de hospedaje, mismo que es recaudado por los hoteles de la Ciudad de México.
Este margen económico le ha permitido operar diversos programas y proyectos (no siempre exitosos) dirigidos a “promocionar los atractivos de la ciudad”, si bien es cierto que su objetivo al menos en el discurso ha sido el de apoyar los esfuerzos de la iniciativa privada para reforzar la imagen de una ciudad amigable con el turismo en el mundo, en la realidad algunas de las acciones de este organismo no se aplican como tal, y para confirmar esto existen dos ejemplos:
1) LA FERIA DE LAS CULTURAS AMIGAS
Este proyecto, lanzado durante la gestión del ahora auto exiliado ex jefe de gobierno Marcelo Ebrad Cassaubon, pretendía ofertar una vitrina para las culturas del mundo, evento por el cual se pronosticaba con cifras alegres un repunte en el número de visitantes provenientes de los países participantes, nada más alejado de la realidad.
Si bien es cierto que la feria ha resultado un escaparate pluricultural también lo es que ha distado mucho de lograr el objetivo para el que fue propuesto, es decir la promoción de la ciudad; en dicho evento destaca la presencia de muchas naciones que logran por unos días tener un gran “tianguis” para exponer sus mercancías y venderlas, evidentemente sin ningún tipo de recaudación por las ventas efectuadas o más aún sin ningún tipo de promoción en reciprocidad en cada uno de sus países.
2) FITA
La esperanza de que la Ciudad de México contara con una feria de turismo a la altura de las grandes urbes del mundo se esfumó, después de tres ediciones de la Feria Internacional de Turismo de las Américas (FITA), misma que en un inicio contó con el más que decidido apoyo de la Secretaria de Turismo de la Ciudad, encabezada en aquel momento por Alejandro Rojas Díaz Durán y la entonces titular del Fondo Mixto de Promoción Turística de la Ciudad, Graciela Báez; no sin que antes ambos tuviera diferencias fuertes que fueron conocidas por todo el sector, después de 3 años de realizarse el evento en condiciones poco claras de transparencia de los millonarios recursos que le fueron destinadas, nuevamente surgieron diferencias esta vez entre los organizadores y el titular del ramo, quién anunció con bombo y platillo que la FITA pasaría ahora a ser la FIT, el gusto no le duró demasiado ya que a los pocos días fue forzado a presentar su renuncia mientras viajaba a Madrid para recoger un premio a nombre de la ciudad.
Al tomar posesión Carlos Mackinlay como titular emergente de la Secretaria de Turismo de la capital, por primera vez se lograron utilizar los recursos para los fines a los que debían ser destinados, realizando actividades conjuntas con los profesionales del sector, un sector que se caracteriza lamentablemente por estar dividido y que por cuestiones políticas al cambiar de administración renovó al titular de la dependencia.
La llegada de Miguel Torruco Marqués como Secretario de Turismo a la capital generó altas expectativas, mismas que al día de hoy no han sido cumplidas, en gran parte debido a la división por todos conocida que existe entre el titular del ramo y el director del Fondo Mixto de Promoción Turística de la Ciudad de México, Armando López Cárdenas a la sazón ex Secretario de Finanzas durante el gobierno de Marcelo Ebrard; López Cárdenas conoce bien los entretelones de la política y las finanzas ya que su padre ocupó la misma Secretaría durante la gestión del Ing. Cuauhtémoc Cárdenas.
El binomio Torruco – López Cárdenas, lejos de beneficiar a la industria sin chimeneas en la CDMX, ha venido a dividir el de por sí ya maltrecho sector, y no es difícil darse cuenta de esto, basta con observar los eventos y las reuniones que convocan donde cada uno lleva a su grupo de asociaciones y organismo afines buscando justificar de alguna manera su “buena relación con el sector”.
Basta con dar un vistazo a las actividades, montos y adjudicaciones realizadas por el Fondo Mixto, durante la presente administración para darnos cuenta que se ha convertido en el “pastel del club de Toby”.
Las actividades financiadas por el Fondo Mixto van desde el re diseño de la marca CDMX, hasta algunos vuelos en globos aerostáticos, helicópteros o más recientemente el lanzamiento de la Feria Turística del Mundo Maya (lo más cercano a la cultura maya en la capital se encuentra en el museo de Antropología), obviamente todo esto con cargo al erario capitalino.
Por si las facultades y atribuciones de esta dependencia no fueran suficientes, el 26 de Mayo del presente año se publicó la modificación al reglamento de la Ley de Turismo local que confiere la facultad de “uso, explotación y comercialización de los elementos distintivos de la marca Ciudad de México”.
Así pues que en este afán por inventar y reinventar el agua tibia en la promoción de la capital.
Hoteleros, operadores receptivos y asociaciones de profesionales del gremio que no tienen acceso a los recursos con que cuenta esta dependencia por no ser parte de la misma o bien no estar alineados del lado correcto en materia política. Si en verdad se pretende que como lo ha mencionado en diversas ocasiones el jefe de gobierno de la ciudad, que “LA CDMX SEA LA CAPITAL DEL TURISMO”; no es vendiendo ositos de peluche como se logrará esto.
Se requiere de la participación de todos los actores del turismo en la capital, en torno a una propuesta clara e incluyente que permita que estos recursos, que hoy pertenecen a unos cuantos tengan una mayor apertura donde lo que se favorezca sean los proyectos que beneficien a la capital por encima de los intereses particulares o de grupos.