“Que sepan los tianguistas que no todo es sol y playa, que sepan que hay violencia en Guerrero” dijo Walter Añorve, quien encabeza una marcha en la Zona Diamante de Acapulco, justo donde se celebra el Tianguis Turístico de México, que apenas ayer inauguró el presidente Enrique Peña Nieto.
La marcha se dirigía al complejo Mundo Imperial, sede del evento, al que acuden representantes de 65 países, de acuerdo a la información oficial. Sin embargo cerca de 800 oficiales de la policía federal hicieron una vaya en ambos sentidos del bulevar de las naciones a 400 metros del recinto ferial, después de un breve diálogo el contingente decidió regresar por donde vinieron, evitando enfrentamientos.
Los manifestantes eran maestros de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación (CETEG), aseguraban que era una marcha pacífica para cuestionar a un gobierno represor, particularmente reclamando la muerte de un maestro jubilado, Claudio Castillo, ocurrido hace un mes en una manifestación, hecho que el gobierno federal adjudica a un autobús de los propios manifestantes.
En la marcha también aparecieron las imágenes de los 43 normalistas de Ayotzinapa, pidiendo su regreso. “No nos vamos a ir, aquí seguiremos pidiendo justicia”, advirtieron.
Todavía un mes antes de la realización del Tianguis, hubo voces que advertían del riesgo de llevar a cabo el evento en territorio guerrerense, en donde la situación social no es estable, y se corría el riesgo de situaciones como la que hoy se vivo y que puede resultar contradictoria al objetivo del evento.