Odile ha puesto a prueba una vez más al gobierno federal, en éste caso al que encabeza Enrique Peña Nieto, Odile causó muchos más daños de los que se pudieron pensar, fue un huracán categoría 3 sumamente destructivo. Lo bueno para los destinos turísticos en México es que se demuestra que los protocolos de protección civil funcionan a la perfección, no hubo víctimas mortales; lo malo, que sin luz, no hay agua, ni celulares, ni internet, pero además no hay teléfonos, Odile se encargó de tirar la infraestructura.
Desde nuestra óptica enfocados al turismo, hablamos de los 30 mil turistas que soportaron el embate del huracán en los refugios, y que ahora buscan regresar a sus hogares a través de los puentes aéreos que ha establecido el gobierno federal, y que sin duda al paso de los años lo contaran como uno de sus viajes mas anecdóticos.
También los vemos desde el punto de vista de los hoteles, que sufrieron daños, pero casi siempre en las fachadas, cosméticos, que además podrán levantar rápido si así se lo proponen, o en su momento cuando la evaluación de sus compañías de seguros se lleve a cabo, pero van a estar listos y renovados antes de lo que podemos imaginar.
Hoy el sector asegurador iniciará la evaluación de los daños que dejó Odile en Baja California Sur, los cuales podrían superar los pagos que hizo por Manuel e Ingrid el año pasado, que ascendieron a 12,000 millones de pesos.
El director de Daños y Autos de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS), Luis Álvarez Marcén, dijo que será en dos o tres semanas, cuando los ajustadores lleguen al lugar y hagan sus evaluaciones, para que se tenga un estimado de las afectaciones que dejó el fenómeno natural a su paso por la entidad.
Consideró que será un evento relevante para el sector asegurador debido a que se tiene una mayor cobertura de los inmuebles en el estado, como son hoteles, campos de golf, infraestructura gubernamental; escuelas y hospitales, comercios, industria y vivienda.
Hablando con la experiencia vivida del huracán Wilma y los desastres que nos dejó en Cancún, en Baja California se activará una subeconomía más allá del turismo, la construcción entrará en boga y no se sentirá la crisis a pesar de los hoteles cerrados.
Es como podar un árbol, cuando cortas una rama renace más fuerte y más verde, así será para Los Cabos.
Pero la emergencia y el gran reto del gobierno no es en ese mediano y largo plazo, sino en el corto plazo, para reactivar los servicios, particularmente la energía eléctrica que permite el bombeo del agua potable y muchos de los servicios.
Cancún después de Wilma vivió casi una semana a obscuras, pero nunca hubo desesperación, y CFE realizó un trabajo casi épico para levantar la infraestructura en sólo 7 días. Hoy la distancia para el acceso por tierra, es quizá el mayor problema para el abasto de tiendas de autoservicio.
Son los huracanes fenómenos con los que México se ha acostumbrado a vivir, minimizando a cero las víctimas fatales y a reconstrucciones increíbles. Hoy inicia el contrarreloj para grandes cadenas y sus hoteles en la zona, Westin; Hyatt con su Place Los Cabos y el Ziva Los Cabos; Riu Palace Cabo San Lucas y Santa Fe; los de AMResorts, con sus tres propiedades Secrets, Dreams y Zoetry.