Tras cinco años de haberse anunciado la construcción del Centro Integral Planeado (CIP) en Playa Espíritu, Sinaloa, el megaproyecto turístico más importante de México en los últimos 30 años, aún no se han dado los primeros pasos para obtener algún avance.
El proyecto, cuyo objetivo era construir unas 44,000 habitaciones, colocaría la zona de Playa Espíritu, del municipio de Escuinapa a la altura de ciudades como Mazatlán, Los Cabos, Loreto y San Felipe juntos, algo considerado como «imposible» para el ex subdirector de Presupuestos de Obra y Permisos Ambientales del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur).
Hasta el momento no hay nada planeado y según la crítica de algunos expertos citados por elfinanciero.com.mx, la posibilidad de avance de este centro vacacional pende de un hilo debido a las inconsistencias en el uso de recursos públicos, los litigios que ponen en riesgo la tenencia de la tierra y a que posee un modelo de desarrollo que no obedece a las demandas del mercado actual.
Cabe mencionar que la planificación del proyecto fue impulsada por el ex funcionario Miguel Gómez Font, quien reconoció que desde sus inicios el plan tuvo una serie de problemas financieros que lo llevó a contratar un crédito en el Fondo Nacional de Infraestructura (Fonadin), a diferencia de Cancún y el resto de CIPs, que contaron con recursos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y del Banco Mundial.
Según un informe de la Auditoría Superior de la Federación los financiamientos contraídos con el Fonadin han generado pérdidas al fondo por US$114.44 millones. Para el 2011, la inversión inicial para la construcción de Playa Espíritu aumentó un 144 por ciento al pasar de los US$330.62 millones a US$827.76 millones. Ya para este 2014, se ha destinado un presupuesto de más de US$45.5 millones y los recursos siguen en aumento.