El empresario José Baldó y su socio, propietarios de hoteles en Cancún y Riviera Maya, sólo permanecieron encarcelados tres días, pese a haber embaucado a empresarios cancunenses con sospechosas inversiones a través de la Caja de Ahorro del Mediterráneo (CAM), intervenida en el 2011 por encontrarse en situación de quiebra, al ser utilizada para transfirieron recursos no justificados al Grupo Hotelero Valfensal.
Dichos empresarios obtuvieron ilícitas ganancias por más de 333 millones de dólares, que luego fueron ocultados a través de contabilidad engañosa, y depositados en un paraíso fiscal. Se trata de recursos que fueron concedidos como crédito a varios empresarios para inversiones hoteleras en el Caribe.
El pasado lunes, el Juez de la Audiencia Nacional, Javier Gómez Bermúdez, dictó prisión con una fianza de siete millones de euros para cada empresario, que ingresaron a la cárcel el martes, para salir ayer, luego de que sus familiares reunieran los fondos requeridos.
Para conseguir esta abultada cantidad, familia y personas del entorno empresarial se movilizaron para vender propiedades con las que poder hacer frente a una fianza cuyo pago Gómez Bermúdez exigió en metálico. La operación que ha permitido ingresar esos 14 millones, obtenidos de la venta de terrenos, se cerró a lo largo de la mañana de ayer.
En el auto en el que ordenó su ingreso en prisión, el juez señaló que los empresarios disponen de numerosas propiedades en el extranjero, cuentas en Andorra y un entramado de sociedades “todavía no suficientemente desenmarañado que les permitiría seguir obteniendo cuantiosos fondos de forma oculta o encubierta con los que vivir cómodamente”.
Mientras tanto en Cancún, algunos empresarios hoteleros como el presidente de la Asociación de Hoteles de Cancún, Roberto Cintrón Díaz del Castillo, desestimaron que los inmuebles involucrados puedan ser embargados.