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Con las nuevas regulaciones que le han impuesto a la renta de vivienda turística como Airbnb, no solo en Nueva York, también en Barcelona y Roma, las tarifas se han disparado aproximándose al mismo nivel de los hoteles, pero sin la misma oferta de servicios, lo que deja a los anfitriones en desventaja.
“El principal problema es que una vivienda turística no tiene ni las escalas ni la eficiencia económica de un hotel. Si se pretende dar un servicio parecido, la infraestructura va a salir muchísimo más cara y tiene que rentabilizar al máximo cada estancia y aumentar la rotación”, explicó a El Confidencial Fernando García Monleón, experto inmobiliario y director del MBA de ESIC School.
Además, García Monleón, señaló que ahora los Airbnb podrían llegar a que los huéspedes deban hacer el check-out a las 10 am o que tengan que hacer limpieza de la vivienda alquilada cuando pagan la tasa. “Son cosas que un hotel de ciertas dimensiones se puede permitir”, comentó.
Por su parte, Brian Chesky, CEO de Airbnb ha manifestado que se podrían dedicar a comercializar más experiencias y al alquiler de largo plazo, aunque puede ser una buena opción, García Monleón indicó que sería menos rentable porque bajarían los costos fijos.
“Ahora bien, es menos rentable. Eso también tiene su parte positiva. Si Airbnb se convierte en algo menos atractivo, los fondos de inversión no van a poder pagar por los pisos lo que pagaban antes, con lo cual esto ayudaría a que se desinflen los precios, que es precisamente lo que les ha puesto en el disparadero”, explicó el experto.
Como lo informó REPORTUR.us, también las tarifas hoteleras en Nueva York han aumentado 42% mensual y 6.61% anual en septiembre de 2023, según datos de Trivago. (Restricciones a Airbnb encarecen tarifas de hoteles en Nueva York).
