El CEO de Oyo, Ritesh Agarwal, reveló que la clave de su cadena para ser la que más crece de la historia es dirigirse a captar a hoteles de menos de 100 habitaciones, que representan entre el 80 y el 90 por ciento de la planta total mundial, mientras las grandes cadenas se suelen centrar en establecimientos de más de 100 cuartos.
«A escala global, la mayoría de las cadenas opera propiedades con más de 100 habitaciones, cuando en verdad entre el 80 y 90 por ciento de activos en la industria del alojamiento son pequeños hoteles o independientes que suman menos de 100 habitaciones», reveló Ritesh Agarwal a HNN (Radiografía a la cadena hotelera que más rápido ha crecido).
«Ello crea una oportunidad de la que no se han dado cuenta las grandes cadenas, y es lo que ha creado un espacio único para nosotros. Nuestra misión es crear espacios de calidad donde alojarse», señaló el CEO de Oyo, que con sus niveles actuales de crecimiento podría colocarse como la octava mayor cadena mundial.
Oyo, con su modelo de crecimiento, espera sumar decenas de miles de habitaciones en pocos años, de modo que se situaría tras Marriott, Jin Jiang, Hilton, IHG, Wyndham, Accor y Choice en el ranking mundial por número de cuartos.
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Ritesh Agarwal, un joven emprendedor indio, tenía 19 años cuando en 2013 puso en marcha la que hoy es ya la hotelera más grande de la India, gracias a su brillante idea: crear una startup hotelera para los establecimientos ‘low cost’ que, por sus bajas condiciones, se encuentran a punto de cerrar, como reveló la sección Fin de semana de análisis en REPORTUR.
Oyo hotels era su marca, concebida como una ‘app’ que ‘reinventa’ los hoteles, tras hacerles pasar una serie de “exámenes” y pequeñas reformas para garantizar la calidad, un factor que era la diferencia entre el plan de Agarwal y el resto de empresarios que han podido hacer incursiones en el sector turístico
Esta hotelera nacía así para evitar a los turistas las habituales sorpresas de tener que alojarse en hoteles en India que no cumplen las mínimas condiciones higiénicas, y con ello Ritesh Agarwal ha acumulad en este tiempo un patrimonio que se ha cifrado en 5.000 millones de dólares.
El joven emprendedor hizo pivotar su proyecto en imponer a los hoteles cumplir ciertos estándares de calidad y contar con cientos de empleados que evalúan propiedades basándose en 200 factores que van desde la temperatura del agua de los lavabos, analizándose a fondo sobre todo la limpieza.
Oyo, una vez aprobados sus estándares, fomenta que las propiedades se agregen a su red y estén disponibles en su aplicación, cobrando al establecimiento un 25 por ciento de cada reserva, que normalmente cuesta entre 25 y 85 dólares al tratarse en de hoteles low cost.
Oyo, de esta manera, ha conseguido acumular en solo cinco años una red de más de 200.000 habitaciones entre India, Malasia, China y Nepal, y además, acaba de entrar al mercado británico, donde pretende renovar 10 alojamientos que transformará bajo su marca.
Pero Ritesh Agarwal no se conforma en dominar el ‘low cost’ asiático, sino como él mismo, y basándose en su trayectoria, se ha marcado “para 2023 ser la cadena de hoteles más grande del mundo”, y todo ello sin haberse gastado ni un céntimo en publicidad.
CHINA. Oyo desembarcó hace un año en China, y para constatar lo fulgurante de su pujanza, asegura contar en el gigante asiático con 180.000 habitaciones franquiciadas y arrendadas ,y más de 4.000 hoteles bajo franquicia o ‘manchise’ (una mezcla entre franquicia y administración) y contratos de arrendamiento.
Siguiendo esta fórmula de expansión, la cadena se ha convertido en una de las cinco principales hoteleras de China, teniendo presencia desde su desembarco en noviembre de 2017 en ciudades como Hangzhou, Xian, Nanjing, Guangzhou, Chengdu, Shenzhen, Xiamen y Kunming.
Oyo, con sede en Gurugram (y respaldada por Softbank, por valor de 1.000 millones de dólares) prevé mantener su ritmo de expansión en China, que actualmente se estima en 30.000 habitaciones añadidas al mes, estando la mayoría de las propiedades en la red de Oyo integradas por un modelo de franquicia.
Los empresarios que se adhieren son quienes deben renovar sus propiedades según las especificaciones de la hotelera y pagar una comisión por cada reserva, y la mayoría tiene unas pocas docenas de habitaciones, mientras la hotelera le permite a los propietarios franquiciar, arrendar y renovar hoteles entre tres y 14 días, lo que facilita la incorporación a la red, explica la cadena.
Después de Malasia y Nepal, China es el tercer mercado extranjero de Oyo, y Ritesh Agarwal, destaca que “la floreciente industria hotelera en China disfruta de una fuerte afluencia de turistas tanto nacionales como internacionales”, por lo que explica que invertirán en el país cerca de 600 millones de dólares, de los cuales 300 millones se utilizarán para inversiones en renovación e infraestructura.
En total, cadena cuenta actualmente en cartera en 170 destinos con más de 12.000 hoteles franquiciados o arrendados, y más de 3.000 viviendas, y pasado mes de octubre, Oyo inició operaciones en los Emiratos Árabes Unidos, mientras avanza en su desembarco en los mercados de Europa.
En Reino Unido, en concreto, seleccionará hoteles de entre 35.000 y 40.000 operadores independientes para ofrecerles rediseño, administración de propiedades y Marketing “para ayudarlos a competir”, y utilizará su modelo de franquicia para expandirse y se dirigirá al mercado independiente sin marca.
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HITO. Con este novedoso concepto, Oyo —que significa ‘On your own’ (por ti mismo)— ha recibido el apoyo financiero tamién Grab, la empresa de servicios de transporte líder en el sudeste asiático tras, ha invertido 100 millones de dólares (88 millones de euros) en la cadena india de hoteles ‘low cost’.
Esta inyección de capital pretende ser el punto de partida de una alianza estratégica para que ambas compañías se ayuden entre sí a escalar posiciones en Asia, pues por un lado, la hotelera afianzará su presencia en el sudeste asiático y, por otro, Grab podrá acercarse un poco más a su ambición de ser la aplicación diaria más utilizada por los consumidores de esta región para reservar y pagar una amplia gama de servicios que utilizan su billetera electrónica, GrabPay.
Grab recibió recientemente una inyección de 200 millones de Booking Holdings en un alianza que permitirá a la OTA ofrecer servicios de transporte impulsados por la compradora de Uber bajo demanda a través de sus aplicaciones, y los clientes de la plataforma de transporte podrán reservar alojamientos en todo el mundo ofrecidos por Booking.com y Agoda.
Con este crecimiento nunca visto antes en la industria hotelera, Oyo se colocaría ya como undécima cadena mundial en solo cinco años de existencia, tras Best Western, China Lodging, BTG, Choice, Accor, Jin Jian, Wyndham, IHG, Hilton y Marriott.
Un modelo innovador que mezcla conceptos como el de agencia de Booking —cobra una elevada comisión por la mera comercialización online—; el de franquicias de Best Western —cierta libertad a los propietarios y sin diversificación por marcas—; el de Airbnb incluyendo apartamentos, pues el único valor consiste en asegurar una cama limpia, o el de Uber, como agregador de habitaciones.
Hotelbeds, en un informe sobre las conclusiones turísticas del pasado 2018, en un apartado referido a las marcas y personas destacadas de ese año, citó a OYO Rooms, como “el desarrollo más importante de este año”, porque “ha salido de la nada recaudando grandes sumas de dinero, alrededor de mil millones de dólares en su última ronda”.
A su juicio, creó “un campo de juego más igualado para las pequeñas propiedades independientes. Actualmente es ya la compañía hotelera de más rápido crecimiento en el mundo y pronto se convertirá en una cadena global. Nadie podría haber predicho que un nuevo competidor surgiría de la nada creciendo tan rápidamente como lo ha hecho. Esto demuestra que el sector aún tiene espacio para integrar más innovación de lo que muchos hubieran imaginado” .
Ritesh Agarwal no podía imaginar que hoy su empresa estaría valorada por más de 5.000 millones de dólares cuando decidió crear un proyecto similar al de Airbnb, pero decidió ampliar el foco de su negocio y centrarse en solucionar los problemas para encontrar una habitación limpia y barata en su país, pues las reseñas “no eran fiables. “Cualquiera fuera de su casa es un potencial cliente”, revela el emprendedor cuando se refiere a sus competidores, que “sí y no” son agencias, mayoristas, cadenas, aplicaciones o viviendas. Ritesh Agarwal apenas empezó su formación universitaria, y siempre tuvo claro que su pasión era ser emprendedor, y una beca le ayudó a empezar con su negocio.