El negocio del chárter en Estados Unidos acaba de dispararse inesperadamente, una vez que el Gobierno de Donald Trump ha desatado una fiebre de contrataciones de aviones para llevarse a inmigrantes deportados (Trump esposa y deporta a turistas británicos y alemanes).
En la última revisión del Presupuesto de la Inmigration y Customs Enforcement (ICE), la agencia estatal encargada, se incluyó a modo de aperitivo casi 500 millones de dólares para llevarse a los ilegales. Los vuelos parten desde cualquier lugar del país, pero muy frecuentemente desde Kansas, en el centro del país.
CSI Aviation, una compañía de Nuevo México –que donó miles de dólares a la campaña de Trump—ha sido una de las que consiguió un contrato de 3,6 miles de millones. El Salvador es uno de los destinos favoritos, como viene revelando REPORTUR.us.
Los vuelos de deportación, pese a su volumen y coste, se mantienen casi en secreto. Hay muy pocos datos en los medios sobre estas actividades.
En todo caso, es interesante remarcar que, a día de hoy, en el tiempo que lleva en el cargo, las deportaciones de Donald Trump son menos que las de Joe Biden. Nada ha cambiado, afirman quienes siguen estas actividades. Lo único inusual fue ampliar el presupuesto tan cerca del inicio del año, pero por otro lado se trata de un gasto ya habitual en el país.