Cuba se enfrenta este año a un conjunto de retos encabezados por las previsiones de que, por primera vez, el destino rebasará la cifra de 4.000.000 de viajeros y lo hace con una planta hotelera en crecimiento, pero todavía deficitaria para hacer frente al aumento turístico esperado, como desgrana esta sección Fin de semana de análisis en REPORTUR.
En cualquier caso, el turismo ha sido y es una de las esferas con vocación de motor para la Isla, una motricidad que encadena un atractivo portafolio para captar inversiones y una gran capacidad de multiplicar. Muchas miradas desde fuera y esperanzas cifradas en ella, desde dentro, le han bautizado como la locomotora de la economía cubana, ya que los ingresos por esta actividad se elevan a 2.800 millones de dólares.
Y es que, el turismo ha sido uno de los giros con más dinamismo desde siempre, pero hoy cobra todavía más fuerza. No se trata sólo de la secuencia de los récords de visitas a la geografía cubana en las últimas vueltas de almanaque, ni de la avalancha supuesta por la apertura al mercado, y la diversificación de su oferta y sus emisores, sino también por la conjugación de distintos ingredientes que pasan por el prisma de la integralidad y la competencia por la competitividad. Pasa, sobre todo, por una voluntad de país de saberlo estratégico como sector y necesario como actividad.
Pero ninguno de sus atributos lo dibuja perfecto. Y en la carpeta de oportunidades, en general, se mezclan retos que no pueden apartarse del catalejo. Una planta hotelera in crescendo, pero deficitaria aún, la avidez creciente de mayores inversiones en polos con reservas potenciales y cómo prepararse mejor para la avalancha de visitas que se vaticina, con la calidad que se demanda, son algunas prioridades en la nomenclatura de desafíos.
Para un turismo, a todas luces más exigente en el termómetro internacional, se necesita repensar derroteros más expeditos para la homologación de estándares (mar afuera), rediseñar recetas e inyectar las mejores prác¬ticas en su sistema.
EXIGENCIAS SUPERIORES. Como es lógico la llegada de la temporada alta del turismo internacional (noviembre-abril) genera cada año mayores expectativas y también superiores exigencias para el territorio caribeño.
Es una etapa, en la que se debe encarar una marcha coordinada, estable y ascendente, acorde con los requerimientos del dinámico ramo, devenido en vital para los planes del presente y futuro del país.
Estos meses no solo representan más turistas, más vuelos, entre ellos los regulares comerciales procedentes de EE UU; más cruceros y pasajeros y mayores esperanzas en torno, a lo que tales operaciones pueden significar, tras ser planificadas con tiempo suficiente para que se vean coronadas con el éxito esperado, sino también lo que esta campaña impone, exige y reclama, de la elevación de la calidad del producto que se ofrece, con énfasis en los servicios; diversidad e imaginación creativa en las opcionales y modalidades turísticas, estabilidad en los suministros, puntualidad en itinerarios de transportes aéreos y terrestres, trámites aduanales ágiles, higiene, salubridad y velar porque hasta los más mínimos detalles estén en correspondencia con el principal fin: que la industria sin chimeneas siga su ruta alcista.
Igualmente, en este momento el seguimiento continuo de todos los indicadores económicos servirá cual termómetro de la marcha del día a día y la toma de decisiones de inmediato. Nada se puede dejar para después; de lo contrario, lo lamentaremos y eso se debe evitar.
En encuentro con la prensa, la directora general de Mercadotecnia del Ministerio de Turismo (Mintur), María del Carmen Orellana, y la directora general de operaciones y calidad, María del Pilar Macías, mostraron su optimismo por los resultados del Sector.
Así, hasta el cierre de octubre la isla había recibido a 3.193.109 visitantes, lo que supone un 12% de incremento en relación con el mismo periodo del año anterior, además de que es una cifra que se ha conseguido 39 días antes que en 2015.
Estos datos, unidos a las previsiones que se barajan, permiten adelantar que, al cierre del pasado año, la cifra de turistas será de 3.700.000 visitantes, mientras que, para este año, todo hace prever que se alcanzarán los 4.100.000 turistas.
MERCADOS EMISORES. En cuanto a los mercados emisores, en primer lugar, se sitúa Canadá, seguido de la comunidad cubana en el exterior y Estados Unidos con un aumento del 65 por ciento, seguidos de Alemania, Reino Unido, Francia, Italia y España.
El turismo ya es parte de la cotidianidad de Cuba, por lo que todos los implicados consideran que es el momento de hacer justicia al boom que tiene por escenario a los diferentes polos, así como marcar la diferencia con la competencia, con la cual se está abierto a la complementación, como se ha dado el caso con México.
La temporada de alta del turismo internacional, que, en Cuba, gracias a las inversiones en el rubro, ya son más de 65.000 habitaciones, a la prioridad concedida por el Estado y a otros factores internos y externos, se torna cada vez más extendida y ahora está evidenciando en el cierre del ejercicio en curso un ritmo, que suscita el optimismo de las fuentes del Mintur consultadas por Preferente.
También se aspira, y por sobradas razones, a seguir manteniendo esta tendencia a lo largo de este año que, además, ha sido designado el Año Internacional del Turismo Sostenible para el Desarrollo, declarado por Naciones Unidas y canalizado a través de la Organización Mundial del Turismo (OMT), un incentivo más para que el sector turístico tenga puestas en esta campaña grandes expectativas, pero también exigencias más altas.
EE UU Y ESPAÑA. Por otra parte, María del Carmen Orellana destacó que, hasta el mes de octubre, los países emisores que más han crecido en valores absolutos han sido Estados Unidos (82.622 viajeros), Italia (42.971) y España (38.407).
Añadió que los mayores crecimientos los reportan EE UU (67,8 por ciento), cuyos ciudadanos solo pueden viajar a Cuba bajo el amparo de 12 licencias generales aprobadas por el gobierno de Barack Obama, y, aunque tienen prohibido hacer turismo en la Antilla Mayor por las leyes del bloqueo, los estadounidenses fueron el tercer grupo más numeroso por países en visitar la ínsula, solo superados por canadienses y cubanos radicados en el exterior.
Separados por menos de 200 kilómetros de mar, Cuba y Estados Unidos restablecieron nexos diplomáticos en julio de 2015, tras medio siglo de ruptura y enfrentamiento político, aunque la Casa Blanca mantiene en vigor el embargo comercial que impuso a su vecino del sur en 1962.
Ahora con la toma del poder del multimillonario Donald Trump habrá que ver qué posturas adopta frente a lo avanzado con la administración demócrata que lo antecedió. Como empresario, Trump puede inclinarse por políticas pragmáticas que favorezcan intereses de negocios. No posee una historia personal en contra de Cuba y como republicano no tiene complejo de parecer débil. Como no dispone de experiencia previa en un cargo público, una buena parte se resolverá con los asesores que le rodeen, piensan algunos expertos consultados por la revista en La Habana.
EL TRIPLE. Los expertos prevén que, a lo largo de los próximos 15 años, se triplique el número de turistas alojados en hoteles, con una capacidad potencial de 10 millones de turistas anuales con ingresos superiores a los 9.000 mil millones de dólares.
En torno a los programas de desarrollo de la esfera turística y el abanico de proyectos, los especialistas hablan de, “además de trabajar el enfoque de producto, marca y destino, con la sombrilla del concepto de territorio de preferente uso turístico, que es una de las funciones estatales que tiene por encargo el Mintur, de programas de alojamiento hotelero, turismo de naturaleza, marinas y náuticas, recreación, desarrollo inmobiliario, campismo y el de entidades de apoyo a la actividad”.
El primero de ellos se vuelca en lo fundamental hacia el incremento del número de habitaciones destinados al hospedaje y a la construcción de nuevos hoteles. Hasta el 2030 se prevé crecer en más de 100.000 habitaciones, principalmente en La Habana, Matanzas, Villa Clara, Sancti Spíritus, Ciego de Ávila, Camagüey y Holguín.
Dentro del programa de marinas y náuticas resaltan, a corto plazo, los proyectos de la Marina Gaviota Varadero, las mejoras en la Base Náutica Chapelin, del propio balneario de Varadero; la Marina Hemingway en La Habana, las marinas de Cienfuegos y de Cayo Largo, en la Ensenada de Bautista, en Cayo Coco, e igualmente en Júcaro, Ciego de Ávila. También se prevé la ampliación y modernización de la Marina de Santiago de Cuba, la ciudad más caribeña del destino cubano.
El de recreación está encaminado a la construcción y puesta en funcionamiento de parques de aventura y naturaleza, acuáticos y mecánicos; así como rutas y senderos inherentes al patrimonio natural y cultural, centros recreativos… La prioridad ahora se centra en los proyectos pioneros de parques recreativos en Varadero, el norte de Holguín y Jardines del Rey, donde ya se inauguró el primer parque de escalada (diversiones y retos) y saldrá el pionero de cable ski y wakeboard (funicular acuático), de varios que se emplazarán a nivel nacional.
Por su parte, el importante desarrollo inmobiliario asociado al turismo apunta a la construcción y explotación de campos de golf, mayormente. En la actualidad, existen 13 proyectos para este programa en general, de los cuales dos ya son empresas mixtas constituidas (Carbonera en el 2014 y Bellomonte en el 2015), otros dos se encuentran en proceso de aprobación (El Salado y Punta Colorada) y los demás se hallan en diferentes estados de negociación.
Buen articulo. Gracias