Citando una débil demanda, American Airlines recortó casi una cuarta parte de sus planes de vuelos a Cuba a principios del año entrante. Además, el presidente electo Donald Trump está amenazando con revocar las nuevas políticas relajadas con la isla, cuyos comentarios ya han llevado a algunos viajeros a acelerar los planes para visitar Cuba antes de su toma de posesión, o a retrasarlos hasta que sus políticas sean más claras, reveló el Herald.
“La gente teme que Trump vaya a cerrar la frontera de nuevo, y entonces será imposible ir allí [a Cuba]”, dijo Alexandre Chemla, fundador de Altour, la mayor agencia de viajes independiente de Estados Unidos. “Es una situación de esperar y ver, por Trump y todo lo que dijo”.
La decisión de American Airlines no está relacionada con una posible retirada de Trump de Cuba, dijo el portavoz de la compañía Matt Miller, señalando que American implementó su recorte de los vuelos el fin de semana antes de las elecciones presidenciales (Poca ocupación en los primeros vuelos de Estados Unidos a Cuba).
La incertidumbre representa un giro radical con respecto a marzo, cuando las aerolíneas estadounidenses solicitaron permiso para volar casi 60 viajes diarios a La Habana, el triple de las 20 frecuencias diarias autorizadas por el acuerdo entre Estados Unidos y Cuba. También aplicaron para 10 viajes de ida y vuelta a otros nueve destinos en la isla.
Todo eso ocurrió tras las órdenes ejecutivas del presidente Barack Obama el año pasado que permitían que agentes de viajes y el público pudieran reservar vuelos directos a la nación comunista, siempre y cuando los viajeros califican bajo 12 categorías aceptadas, como actividades educativas o visitas familiares. El embargo comercial de Estados Unidos continúa imponiendo condiciones a los viajes y al comercio.