Deja un comentario El heredero del que fuera el propietario del aeropuerto de La Habana antes de 1959 pidió que las aerolíneas que quieran volar entre Cuba y EEUU le reconozcan como titular. José Ramón López, de 62 años, y único hijo de José López Vilaboy, último propietario del aeropuerto de La Habana y de Cubana de Aviación, reclamó este martes en una entrevista en Radio Martí que “en ambas orillas” (en Cuba y EEUU) se reconozca su propiedad del aeródromo.
“Hasta ahora nadie lo sabía o no le habían dado importancia. Eso tiene que llegar a las compañías y ellas son las que tienen que contactar conmigo. Yo no las voy a llamar. Es un paso que deben dar las compañías aéreas”, indicó López, quien como recoge elnuevoherald explicó que por el momento no ha emprendido ninguna acción legal.
El aeropuerto de Rancho Boyeros en La Habana y Cubana de Aviación fueron confiscados a López Vilaboy tras la revolución junto a otras de sus propiedades, entre las que se incluían un banco, hoteles y un diario. Precisamente, también herederos de La mafia habían pedido recientemente una indemnización por la expropiación del hotel Riviera de La Habana, uno de los más emblemáticos de la capital cubana, como puntualmente había informado REPORTUR (La Mafia pide una indemnización por el hotel Riviera de La Habana).
Descendientes del fallecido gángster Meyer Lansky, mano derecha del mafioso siciliano Lucky Luciano, fueron quienes reclamaron a Cuba una indemnización por la expropiación del Riviera, en una denuncia fue anunciada hace unas semanas por Gary Rapoport, hijo de la única hija de Lansky, Sandy Lombardo.
Este martes, Cuba y EEUU había rubricado un histórico acuerdo sobre aviación civil que permitirá una conexión regular de vuelos comerciales entre ambos países por primera vez en más de cinco décadas, el convenio más importante entre las dos naciones desde el restablecimiento de sus relaciones diplomáticas, y que representa un potencial de decenas de conexiones diarias de ida y vuelta, con veinte vuelos al día a La Habana y diez vuelos diarios al resto de aeropuertos en la isla; rutas que durante cinco décadas sólo han sido operadas por compañías chárter, que podrán seguir funcionando como hasta ahora.
