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El proyecto del nuevo aeropuerto de Bogotá “El Dorado II”, está cada vez más lejos de hacerse realidad, y es que además del desacuerdo de algunos actores de la industria aeronáutica del país, se une la negativa de la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) para otorgar la licencia solicitada por la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), que por falta de información ha quedado archivada y a la espera de una nueva sustentación.
“Esta Autoridad concluye que el estudio de Impacto Ambiental y la información adicional entregada por la sociedad para el trámite de solicitud de Licencia Ambiental para el proyecto Aeropuerto El Dorado II es insuficiente para realizar una evaluación adecuada y generar un pronunciamiento de fondo en relación con la viabilidad o no del referido proyecto”, comunicó la ANLA, de acuerdo a Portafolio.
Por su parte, la IATA considera que no es necesario tener un nuevo aeropuerto pese a que El Dorado I está operando al 100% de su capacidad en tierra. Andrés Uribe, gerente de la Asociación del Transporte Aéreo (IATA), opina que se debe ampliar el ya existente, antes de pensar en construir otro aeropuerto.
“Nuestra posición es que se debe continuar con la expansión de El Dorado, es mucho más costo-eficiente y todavía tiene mucho espacio para crecer. Este aeropuerto podría llegar a mover 70 millones de pasajeros al año, que es la proyección para el 2035, mientras que ahora se están moviendo 32 millones anuales”, dijo Uribe a Portafolio.
Como informó REPORTUR.co, la aerolínea Latam Airlines se enfoca más por acelerar el tema de la ampliación de El Dorado actual, tanto en el corto como en el mediano plazo, porque no ven viable un aeropuerto adicional (El Dorado II) ni cerca ni lejos al actual, mientras no se llegue a los 100 millones de pasajeros proyectados por el Gobierno, pero están de acuerdo con la propuesta de Odinsa en ampliar el actual aeropuerto, opinó en su momento Santiago Álvarez, director de Latam Airlines Colombia. (Santiago Álvarez plantea seis retos de Latam Colombia para 2019).
Lo que urge en El Dorado II es ordenarr elentorno: vías futuras de acceso, circunvalaciones, ferrocarril. Vigilar el desarrollo urbanístico para que no se haga en direccion que interfiera a largo plazo el proyecto, Establecer cuales serán las servidumbres aéreas y la fecha en que deben ser nítidamente utilizables. Reforzar las enseñanzas de idioma y los hábitos sostenibles.
Toda una década de actividades previas.
Muy corplaxisgas quienes creen que ampliar el actual aeropuerto es la respuesta a la demanda de pasajeros, el Dorado II es necesario como quiera que sea, el desarrollo de municipios aledaños a Bogotá para descentralizar las operaciones comerciales es una exigencia, Bogotá ya no tiene para dónde crecer y negar ese nuevo aeropuerto es a todas veras un despropósito y la negación a lo obvio. Ojalá la ANI corrija y/o comlemwnte los requerimientos en materia de requisitos ambientales para no impedir el desarrollo de los municipios.
El ‘ metro’ se » inicio» en 1943 en Bogotá y las discuciones son constantes desde esa época. Eldorado ll sufre el mismo síndrome de indefinición, endémico en Colombia! Debemos encontrsr la forma de desterrarlo, pero,,,,,y los políticos lo permitirán?
El dorado2 ha debido construirse al norte de Bogota desde hace años. Ahora ya no es posible. Los vivisimos constructores se apoderaron de la sabana para construir viviendas. Y al occidente industrias. Ya es un aeropuerto ineficiente por ubicacion y falta de planeacion
El aeropuerto se necesita y se debe construir ahí, en el norte no es posible por la orografía tan cerca, muchos cerros alrededor, eso es seguir pensando que todo el desarrollo debe quedar al norte, eso es segregacionista y de pensamiento tercermundista.
Pues tiene muchas deficiencias en el diseño y planificación, por ejemplo, nunca consideró el impacto que puede tener por el peligro aviario, ya que hay numerosas actividades atrayentes de fauna peligrosa para la aviación, por otro lado, como siempre en todos los proyectos del Estado, quieren pasar por encima de las normas ambientales, un despropósito que pretendan construirlo sobre un humedal y un conjunto de quebradas sin determinar el impacto ambiental que esto significa y cómo resarcirlo.