La radicalización política en Cataluña, la región que fue la más rica de España, amenaza con prolongar indefinidamente el freno turístico que vive la región desde hace un año a causa de la tensión y división que han traído desde entonces los sectores independentistas. La mayoría de noticias sobre Cataluña hoy versan sobre motivos que no hacen atractivo al turista un viaje, como recoge esta sección Fin de semana de análisis en REPORTUR.
La causa independentista ha puesto su mirada además en los turistas para convencerles del maltrato que sufren y de la justicia democrática de su movimiento. Las campañas dirigidas a los viajeros están distando de ser la mejor receta para dejar atrás la imagen de tensión política que propagan los informativos.
La caída del turismo del resto de España hacia Cataluña es un hecho innegable, además de que también el destino parece que se ve afectado a nivel internacional de las imágenes de turismofobia que se suceden por ejemplo en Barcelona, o por ejemplo ante el impacto exterior este verano del suceso de un mantero agrediendo a un estadounidense.
El radicalismo maximalista de la presidencia del gobierno regional y el ideológico de extrema izquierda de la alcaldía de Barcelona están resultando un cóctel fatal para que Cataluña pueda seguir el mismo ritmo que su entorno y que el de hasta hace un año en cuanto a crecimiento del negocio turístico.
En los círculos internacionales sienten que la cruzada del independentismo catalán no es solo contra España y Madrid, sino contra Europa y Bruselas, y Occidente y el mundo en general, ya que muestran dificultades para asimilar que ningún país del planeta reconociera la ruptura que proclamaron a final del octubre pasado.
El tono político en Madrid, desde la llegada del nuevo Gobierno que preside Pedro Sánchez, ha dado un giro, pero desde el gobierno autonómico catalán el estilo no ha variado, o incluso se ha vuelto más extremo con la llegada a la presidencia de un político como Torra con un pasado literario en los que citaba incluso al ADN.
El separatismo catalán parece así atrapado en un monstruo que han creado que lleva a que haya manifestaciones entre sus bases contra los dos partidos independentistas preponderantes cuando estos se reúnen con autoridades estatales, lo que hace temer que la situación tenga una difícil salida.
Esta radicalización de las bases independentistas ha llevado a una politización de los espacios públicos que hacía tiempo que no se recordaba en el mundo desarrollado, inundado plazas de pueblos y playas de cruces y lazos amarillos en señal de protesta por la prisión preventiva que sufren antiguas autoridades autonómicas por sus actuaciones ilegales y no por sus ideas.
CAMPAÑAS. La invasión de temas políticos de los espacios públicos trajo consigo un aumento de la tensión civil ya que una gran parte de los catalanes sienten que estas prácticas son una forma de totalitarismo y de dirigirse a un pensamiento único que es contrario a la tolerancia que es tan necesaria en una actividad como la turística.
Entre las actividades de invasión de los espacios públicos, además, cabe destacar la de Òmnium Cultural, que a principios de agosto inició una campaña dirigida explícitamente a los turistas que visitan Cataluña para explicar el 1-O y la «represión» con la que creen que el Estado está respondiendo al movimiento independentista.
El vicepresidente de Òmnium, Marcel Mauri, declaró que la campaña se desarrolla en las principales poblaciones catalanas a través de unos autobuses en los que se podrá visitar una exposición sobre la «situación de vulneración flagrante de derechos y libertades».
«Que sepan que existe esta situación tan dura y lamentable, y que en Catalunya en estos momentos vivimos una represión sin precedentes en democracia», dijo Mauri, detallando que la campaña incluyó carteles y postales con referencias a la actuación policial del 1-O y a las causas judiciales contra líderes soberanistas.
La organización ofertó también en la tienda de su web un pack especialmente pensado para quienes quieran llevar sus proclamas a su destino vacacional denominado «Pack Internacional: Free All Catalan Political Prisoners» valorado en 10 euros.
En él se ofrece al comprador una camiseta con el lema «Free All Catalan Political Prisoners» y unas cuantas postales en las que se pueden leer frases como «We Catalans Wanted Fredoom Of Expression. We Were Given Censorship» superpuestas a imágenes de manifestaciones independentistas, y el lote también incluye adhesivos por si alguien se anima a empapelar las paredes de Londres, Berlín o París con la misma leyenda que las camisetas.
TURISMOFOBIA. Pero junto a estas campañas ideológicas dirigidas al turista también hay que añadirles las que en Cataluña se están concentrando por parte de la izquierda independentista, que llegan a pedir a los viajeros a que hagan ‘balconing’ para que queden lesionados como mínimo.
A mitad de agosto, la Ciudad Condal apareció empapelada con pósters y grafitis en los que se leen mensajes como “Querido turista, ¿Conoces el ‘balconing’? Mejora la calidad de vida de los vecinos y es muy divertido”, una campaña que tuvo imapcto inmediato en medios británicos.
La prensa inglesa y Abta, la principal asociación de touroperadores y agentes de viajes de Gran Bretaña, no salían de su asombro con el contenido de los carteles, escritos en inglés, en los que se mofaba de los turistas y se toma a la ligera la gravedad de los casos de ‘balconing’. “Tourist go home, and please, practise balconing!”, es otro de los mensajes que se puede leer en la capital catalana.
Muchos de los pósters aparecieron en Vallcarca, cerca del Parc Güell, una de las zonas más conocidas de Barcelona, y estas pancartas incluían el hashtag #BalconingIsFun para que los usuarios de twitter puedan añadir bromas o ‘memes’ al respecto.
Antes, en junio, los cachorros independentistas catalanes del grupo Arran volvieron a actuar contra el turismo con una acción realizada en el Parque Güell de Barcelona, donde los jóvenes han colgado pancartas en protesta contra el “turismo masivo de la ciudad”, según han informado a través de las redes sociales.
Los activistas, además, se encadenaron a la escultura de Gaudí y permanecieron en el parque durante hora y media hasta que los Mossos cortaron las cadenas y desalojaron a los jóvenes, en lo que supuso el inicio por parte de Arran de la campaña “Capitalismofobia”, que impulsó este verano para denunciar el actual modelo turístico, que consideran insostenible y diseñado solo para satisfacer intereses económicos.
En agosto, esta organización llevó a cabo una nueva acción contra el actual modelo turístico en Barcelona que, en ese caso consistió en la “expropiación” de varias bicicletas de empresas de alquiler turístico, que se sumaba a los impactos que sufrió con especial virulencia la Ciudad Condal con la salvaje huelga de taxis a final de julio.
Toda esta vistosa animadversión de los radicales hacia el Turismo coincide con unas políticas ideológicas que han dañado al sector como la tasa turística impuesta por el Ayuntamiento que lidera la podemita Ada Colau o la moratoria a la construcción de nuevos hoteles.
El Ayuntamiento de Barcelona ha venido incrementando también otras tasas al turismo, siendo la más destacada la creación de una área para el estacionamiento de autocares en la Fuente Mágica de Montjuïc, que entrará en vigor en octubre.
CONTEXTO. Ello acontece en un entorno en el que Cataluña ha venido encadenando bajadas en sus indicadores turísticos, pues cadenas líderes como Meliá y NH coinciden en que el turismo del resto ha dado la espalda a la región catalana, especialmente en el segmento corporativo.
La hotelera que lidera Gabriel Escarrer admitió una caída de la ocupación de sus establecimientos nacionales durante la pasada Semana Santa y “las duras condiciones del mercado, principalmente en Barcelona, donde el destino no se ha recuperado completamente de las inestabilidades e incertidumbres políticas y económicas”.
NH, al igual que Meliá, también detectó un retroceso en España, y especialmente en Barcelona. Entre abril y junio, reveló la cadena en uno de sus últimos informes económicos, “el revenue per available room cayó un 6 por ciento en Barcelona”, y también bajaron los ingresos por habitación en la capital catalana.
La patronal hotelera de Barcelona manifestó también su preocupación por el descenso del turismo de calidad en la ciudad, pues en los seis primeros meses del año el gasto medio por turista ha caído un 10,8 por ciento en comparación con el mismo periodo de 2017 y se ha situado en 362 euros por persona.
El desafío independentista, con el 1-O como preludio de un deterioro importante de imagen, ha ahuyentado a los turistas extranjeros, principalmente los de alto ‘standing’ provenientes de Estados Unidos y Asia, según el presidente del Gremio de Hoteles, Jordi Clos
Con todo, Clos ha alertado del aumento del turismo “de bajo nivel” debido a la oferta ilegal de pisos turísticos y a la legalización de las habitaciones turísticas compartidas, mientras el turismo de reuniones y congresos también se ha visto afectado por la crisis política ante la fuga de empresas que ello ha traído consigo.
Arne Sorenson, consejero delegado de Marriott, la mayor hotelera mundial, aseguró en una entrevista reciente que la cadena estadounidense, propietaria de la española AC, ha sufrido una caída del 10 por ciento en Cataluña debido al desafío independentista y “a otras razones” como la turismofobia.
Respecto a las agencias, Rafael Gallego, presidente de la Confederación Española de Agencias de Viajes (CEAV), los negativos efectos del movimiento separatista, junto a la salvaje huelga que protagonizaron los taxistas de Barcelona hace escasas semanas, se ha traducido en una sustancial reducción de visitantes a Cataluña, donde la caída acumulada a nivel interanual en algunas zonas llega a rozar el 50 por ciento entre los nacionales y el 20 por ciento entre los extranjeros.
Los destinos de playa también se han visto afectados en especial en los meses de invierno por los viajes del Imserso, que han sufrido una caída del 30 por ciento en Cataluña en los meses de febrero y marzo como consecuencia de la crisis política, según la Confederación Empresarial de Hostelería y Restauración de Cataluña (Confecat), mientras el turismo vacacional también se ha visto afectado con un descenso de entre un 7 y un 8 por ciento.
PANORAMA. A todo ello se le suma que el ejecutivo de Quim Torra impulsó un otoño caliente, alentando de los denominados Comités para la Defensa de la República, que declararon abiertamente su objetivo de colapsar Barcelona por la celebración en la ciudad de un consejo de ministro, dando un nuevo golpe mediático para ahuyentar al turismo.
No hay por tanto muchos síntomas que permitan terminar con un problema cada vez más enquistado, Sus graves consecuencias económicas no se han ceñido a un momento puntual de tensión, sino que este desplome turístico afronta un escenario de eternizarse sin que se vea una forma para ver la luz al final del túnel.
fake news frankistas del ibex feudal
A ver si os enteráis, aun sige siendo la región más rica de España, este rotativo debería informarse bien antes de lanzar semejantes estupideces.
Infórmate, Barcelona ya no figura como una de las ciudades más caras de Europa, en la Costa brava somos 4 gatos este verano, y Barcelona va en aumento con las ciudades más inseguras.
Soy catalan no independentista y este articulo refleja perfectamente la locura actual de los politicos catalanes.
Cada día dia mas gente rechaza todo lo catalán. Las plazas hoteleras en los destinos catalanes para personas jubiladas en los viajes que organiza el gobieno español no se cubren.
El turismo nacional en cataluña se desploma.
Los indepes podeis escribir lo que querais en foros, periodicos etc. Pero os estais cargando el turismo de calidad, eso si, reaccionarios, okupas, chancleteros, perroflautas, manteros,etc… estan encantados con la situación .
Que verguenza de información.Alguien cree que machacando con mentiras a Catalunya el turismo irá a otro lugar de España…pero no será así..el atractivo y calidad de Catalunya es único. Dejen de mentir sobre la situación aqui, que no afecta al turista en nada
Cómo se nota que no vives del turismo, ven a la costa brava, puntualmente tossa de mar, no hay nadie, tiendas y restaurantes cerrados.
Corto se queda este artículo, estos descerebrados han llegado a asaltar autobuses turísticos, creando el pánico de los turistas, ya que también estaban encapuchados con pasamontañas. Algún día, con perspectiva, nos daremos cuenta del tremendo daño que estos separatistas han producido en el resto de Catalanes.