La embajada de Estados Unidos en Caracas ha exhortado a los ciudadanos estadounidenses a tomar precauciones cuando viajan a Venezuela, debido a la caída en los servicios aéreos en la nación socialista sudamericana.
La embajada instó a los viajeros a tomar las previsiones necesarias para sus vuelos de regreso, luego de que Delta, American y United Airlines hayan reducido sus servicios al país. Mientras que la Asociación de Línea Aéreas de Venezuela aseguró que el número de asientos entre Venezuela y Norteamérica se ha reducido a menos de la mitad en lo que va del año.
Las reducciones y cancelaciones de operaciones por parte de las aerolíneas internacionales que operan en Venezuela son por la deuda de US$4.000 millones que tienen atrapados en el país. Los controles de cambio vigentes desde hace 11 años impiden a las líneas aéreas convertir sus ganancias locales en dólares sin aprobación del gobierno. Y ante la falta de liquidez, el Gobierno venezolano ha prohibido a las empresas aéreas repatriar sus ganancias.
La reducción progresiva de servicios ha llevado a los viajeros a emprender interminables búsquedas para reservas asientos que resultan muy costosos, debido a que la escasez de vuelos ha incrementado las tarifas. Un boleto de ida a Nueva York puede costar más de US$1.000, según revela El Nuevo Herald.
Otras empresas, como Air Canada y la italiana Alitalia, han decidido suspender sus operaciones en Venezuela. Las limitaciones de acceso a la red de tráfico aéreo mundial tienen a muchos venezolanos de clase media molestos debido a que se sienten atrapados en su propio país.
Sin embargo, el presidente Nicolás Maduro ha minimizado la situación alegando que eso forma parte de una crisis provocada por la “prensa burguesa.” Algunos voceros del gobierno llegaron a señalar que los problemas del sector aéreo se debían a que algunas aerolíneas habían desviado sus vuelos para el Mundial de Brasil. Maduro también ha advertido que las compañías que suspendan los vuelos a Venezuela no se les permitirá regresar al país.