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Aunque tras la pandemia había una tendencia a reservar con poca antelación, hoy esto empieza a revertirse a nivel local en tanto los viajeros argentinos prefieren congelar, saldar y precomprar en un contexto de alta inflación. (Agentes reconocen que la estampida del dólar frenó ventas pero creen es transitorio)
La compra para vacaciones se adelanta. Agencias de viajes y hoteles registran una cantidad de reservas más alta que la habitual en esta época de año; las ventas que solían tener lugar en junio se cerraron en abril y en lo que va de mayo.
Si bien las operaciones de último momento todavía ocupan un peso considerable dada la intensa demanda luego de la salida del Covid-19, las transacciones tienden a definirse con más anticipación, ampliándose así la brecha de tiempo entre que se concreta la venta y el inicio del viaje, según identifica El Cronista.
El fenómeno ya se observó a comienzos de año, cuando, en pleno verano, los turistas empezaron a planificar sus vacaciones para la próxima temporada alta. Si bien la conducta predomina en viajes al exterior, ahora también cobra dinamismo en los viajes internos, ya sea por periodos de tiempo más extensos.
Se acelera la tendencia ya que cada vez más consumidores deciden congelar los precios de los servicios que usarán en los próximos meses. Y las reservas van más allá de las vacaciones de invierno. Los prestadores ya registran un alto movimiento para agosto, septiembre y octubre.
