Este domingo 12 de septiembre, Alitalia emprendió su último vuelo papal al trasladar al Papa argentino Francisco a Budapest, la capital de Hungría, para la clausura del Congreso Eucarístico Internacional, previo al cierre definitivo el 15 de octubre.
El primer viaje en que Alitalia llevó a un pontífice fuera de la península ocurrió el 4 de enero de 1964, con el vuelo en el que llevó al Papa Pablo VI hacia Tierra Santa.
Durante el vuelo, el Pontífice se despidió de la compañía en un viaje que, afirmó, “tiene un sabor a despedida”, al saludar a los periodistas y demás miembros del séquito papal a bordo del avión.
“Nos deja Alitalia… Muchas despedidas, pero retomamos los viajes y esto es algo muy importante, porque llevaremos la Palabra y el saludo a mucha gente”, señaló el Papa Francisco.
Alitalia anunció el cese de sus actividades el pasado mes de julio tras el acuerdo entre el gobierno italiano y la Comisión Europea. Dejará de volar a partir del próximo 15 de octubre y resurgirá en una nueva compañía aérea pública, ITA, que absorberá parte de los más de 10.000 trabajadores de la actual Alitalia y parte de sus activos.
Y si sigue como actualmente también protagonizará la última misa. El tipo ese se dedica más a los países no católicos que a los católicos.