Tras rumores de una posible tasa al turismo internacional- que finalmente no se ejecutó- las variables económicas por si mismas llevaron a una notable reducción de las salidas internacionales y los gastos con tarjeta en el exterior. (Preocupación por un posible “dólar turista” que equilibre la economía)
De esta manera se pone fin a un ciclo que llevó a que el déficit por turismo internacional superara los u$s10.600 millones en 2017, según detalla Iprofesional.
Una prueba contundente de este cambio de tendencia está en las propias estadísticas del Banco Central: según el informe de balance cambiario de la entidad, en junio el uso de los plásticos fuera del país y los giros realizados por las agencias de viajes y aerolíneas totalizaron una fuerte caída del 29% respecto al mismo mes de 2017.
Con el encarecimiento de la divisa extranjera, el factor cambiario está siendo lo suficientemente fuerte para desalentar el turismo emisivo. El debate sobre si aplicar o no una tasa al turismo internacional había abierto un enfrentamiento en el macrismo, que se soslayó de manera natural ante la caída de salidas internacionales.
Sin embargo a pesar de la devaluación, el ingreso de dólares por turismo receptivo no sólo no subió sino que cayó: en junio un 11% menos respecto a igual mes del año pasado. Por ahora, las fichas están puestas en el turismo receptivo. La clave, como coinciden en señalar analistas y empresarios, es evitar que la inflación empañe una temporada que en los papeles se presenta positiva.