Ante la debatida y contrariada pero inminente llegada de las aerolíneas «low cost», las grandes compañías de operación tradicional ya están evaluando modelos alternativos para afrontar este cambio rotundo en el concepto de aviación en Argentina.
Aunque según expertos de la materia los vuelos de bajo costo no serían equivalente a los precios que pueden conseguirse las aerolíneas nacidas bajo ese concepto en Europa, por ejemplo (por falta de infraestructura, costos operativos, red de aeropuertos, etc), la llegada de más aerolíneas llevará inexorablemente a un replanteo del mercado local, como pudo saber REPORTUR.com.ar.
Tal es así que varias compañías como Aerolíneas Argentinas o Latam —por citar alguna de las más tradicionales y asentadas en nuestro país– ya están hablando de una reconversión hacia «lower cost» este término, que parece un juego de palabras, refiere a hacer más eficientes los recursos. Llevar los servicios hacia lo más básico del transporte y que todo lo referido a comodidades sean adicionales que encarezcan tarifas inferiores y despojadas de «amenities».
Bajo este nuevo paradigma, AR –antes de la salida de Costantini-– ya había anunciado la eliminación de snacks en vuelos de cabotaje, por ejemplo. En esta misma línea evalúan cobrar mayores tarifas por equipaje adicional, y las posibilidades de pagar extra por ubicación de asiento. Es decir, ofrecer a un pasajero más dinámico ya no una gran tarifa sino un desglose de servicios en los que la comida, el quipaje, el tipo de asiento, etc permita tarifas móviles (AR cambia sistema de ventas y elimina a la agencia como canal).