Deja un comentario La plataforma AirBnb, tan creciente como controvertida, gana más adeptos cada vez en Argentina. Varios de los particulares que operan como prestadores de locación temporal ya están ofreciendo distintos tipos de propiedades y comienzan a innovar, al mejor estilo de hoteleros, con servicios complementarios.
Lo que comenzó siendo un detalle, como ofrecer snacks o alguna atención para el huésped, se ha convertido en un servicio adicional que algunos ya detallan como productos o servicios para comercializar. La estartegia comenzó a calar y a difundirse entre los anfitriones locales, por ejemplo, en lo que respecta a un frigobar, cuya premisa es ganar pero no a costa de un precio superior al de supermercado, para ello, los anfitriones buscan comprar con cupones de descuento u ofertas y así lograr un margen.
Actualmente, el ingenio para optimizar la rentabilidad del «negocio» de particulares es ofrecer además traslados al aeropuerto, chofer, viajes urbanos, tours con guía de turismo, etc. Sin duda, al mejor estilo hotelero. Sin embargo, la característica de la plataforma habilita una cercanía con el huésped, es ahí donde los anfitriones están avanzando más, hasta han empezado a ofrecer chequeos médicos o estéticos, tratamientos faciales y corporales, clases de tango y limpieza adicional a la que rige en las bases.
Esta serie de servicios son básicamente ofrecidos mediante whastapp, en contacto fluído e inmediato con el húesped, que muchos no acuerdan en llamar «economía colaborativa», y que permite avanzar, aunque sea a niveles micro, a otros servicios turísticos básicamente de transporte y asesoramiento turístico (AHT: lo que dicen economía colaborativa es competencia desleal).
