Con más de 20 años organizando viajes con la agencia Echolatino, Francisco Montás Perozo sentencia que pocas ciudades turísticas pueden compararse con Miami (“En Miami hoy el gran problema del turismo es el alquiler de autos»).
“Está sobre el atlántico con apariencia caribeña y con todo el glamour de California, pero con un aire muy tropical. Los veranos son espectaculares y cada vez más el flujo de turismo es tan grande que mueve casi los Estados Unidos completos tanto en el verano como en el invierno”, describe en diálogo con REPORTUR.us.
Echolatino nació el 24 de agosto de 1996 en la ciudad alemana de Essen, cerca de la frontera con Holanda. En 2011, abrió la empresa en Estados Unidos. Desde ese momento organiza viajes con grupos pequeños con la opción de elegir desde experiencias comunes hasta todo lujo desarrollando el turismo emisivo y receptivo.
¿Cómo analiza el verano en Miami en términos de tarifas hoteleras y conexión aérea?
Miami en comparación con hoteles de otras ciudades norteamericanas tiene la tarifa más cara de los Estados Unidos. Los huéspedes de esos hoteles a menudo se quejan de las delgadas paredes y los vecinos ruidosos. La mayoría de los hoteles no ofrecen desayuno gratuito y muchos de ellos agregan cargos muy altos. Las conexiones aéreas son de las más importantes de los Estados Unidos, ya que el año pasado movió más de 51 millones de pasajeros y este año va por el mismo camino con tendencia a subir.
¿Cuál es la línea aérea que más sorprende en Miami y por qué?
Delta Airlines por su puntualidad, la calidad de sus aviones y el servicio de sus sobrecargos y azafatas.
¿Cuáles son los problemas que la industria aún no ha podido superar tras la pandemia?
Aunque la actividad turística fue devastada por el cierre sin precedentes de los viajes y el comercio mundial, a pesar de todo esto, hoy en día el sector se ha recuperado casi al 100% desde mi punto de vista, ya que en ocupación hotelera se pronostica un crecimiento muy alto en comparación al año pasado.
¿Cómo ha hecho su empresa para continuar después de la pandemia? ¿Qué ha modificado?
La crisis no tuvo precedentes en tamaño y nos vimos en la obligación de tener que cerrar nuestra oficina y comenzar a trabajar desde el hogar, aun así no paramos de trabajar, porque el mercado dominicano y de Miami nos abrieron las puertas para ventas de paquetes, pero no pasó lo mismo con nuestros circuitos que se redujeron en más de un 60% . Seguimos trabajando desde el hogar con vista de abrir nuevas oficinas en Nueva York y Republica Dominicana. Gracias a nuestros objetivos determinados, volvimos sin tener que modificar nada.
¿Cuáles son según su opinión los temas que guiarán al turismo que viene?
Todo va a depender de la economía y su crecimiento en los próximos años. Estamos en un mundo que cada vez se tambalea más y más. Por eso digo que la inflación puede afectar el mercado, hay muchas personas que están reduciendo sus vacaciones. Mucha gente ha perdido su trabajo. Los vuelos son otro factor importante y han subido como nunca. Ahora recibimos más llamadas de personas que quieren viajar en temporadas bajas por la reducción de los costos sin importarles los factores del tiempo.
¿Qué es lo más novedoso que está pasando en Miami en este momento en términos turísticos?
Para mi desde mi punto de vista, lo más novedoso que tiene Miami, es conocer la Pequeña Habana, sus bares, sus interminables fiestas de salsa y un ambiente de esos que no se olvidan.
¿Cuáles son las diferencias que usted encuentra entre los turistas que van a Las Vegas y los que prefieren Miami o Nueva York?
Son tres tipos de turistas diferentes. Las Vegas tiene mucho que ofrecer si eres adulto. Tiene eventos constantes con una belleza natural increíble y es increíblemente diversa. Miami es mucho más para familia y jóvenes estudiantes enloquecidos por las fiestas de playas en la primavera. En verano debido a la alta humedad puede ser un poco difícil, pero en invierno es un verdadero paraíso. Palmeras, aire del océano y temperaturas agradables, nada mejor que encontrar que Miami. Las cuatro estaciones se pueden encontrar en Nueva York en toda su abundancia, incluidos los veranos calurosos y el otoño fresco, que son especialmente magníficos en Central Park. Sin embargo, llega el invierno y, tras la decimoquinta nevada, cada vez hay menos alegría.