En esta expectante Semana Santa por el sector turístico duramente golpeado, el panorama está dominado por los viajes nacionales; las consultas aumentan pero las compras de viaje se demoran y cada vez se hacen con menos antelación, según un informe de Clarín.
En esto coincide Nicolás Posse, gerente comercial de la agencia Avantrip: “Se cortó el nivel de anticipo clásico que existía en el pasado para viajar al exterior (60 a 75 días) y también el de vuelos de cabotaje (15 a 30 días)”.
Entre las consultas y reservas para Argentina se destacan clásicos como Iguazú, Ushuaia y El Calafate, Mendoza, Bariloche y el Noroeste.
“Hay una tendencia a la búsqueda de naturaleza y de espacios más generosos, pero la demanda -un tercio de la que había en prepandemia- está focalizada en productos tradicionales”, señala Rodolfo Améndola, director de la agencia Amichi. Una diferencia con otros años, marca Améndola, es que antes los alojamientos céntricos eran los primeros en ocuparse. Ahora son más valorados los alojamientos ubicados en las afueras, más apartados de las aglomeraciones.
“Notamos que destinos como Iguazú están casi sin disponibilidad de vuelos, mientras que otros del sur, como Ushuaia y El Calafate, tienen disponibilidad en vuelos pero con tarifas que la gente no está dispuesta a pagar”, advierte Pablo Bazzetti, gerente general de All Seasons.
La situación del sector sigue siendo crítica. “Después de 9 meses de actividad prohibida, 9 meses de comerse ahorros y hasta sacar créditos para hacer frente a las obligaciones, hoy estás con menos espalda y se necesita que la ayuda del Estado sea lo más flexible posible para atravesar este momento. Un tiempo que terminará cuando se vacune la gente”, dijo Aldo Elías presidente de la Cámara de Turismo.