Cuando hace tres años se cayeron dos aviones Boeing 737Max, muchos expertos en el mercado de la aviación sugirieron al fabricante americano que será muy realista hacer planes para abandonar este modelo de avión. Consideraban que el daño a la imagen era muy notable.
Hoy, tras el desprendimiento de la portezuela de emergencias del avión de Alaska Airlines, se repite el recordatorio pero mucho más extendido. Son abundantes los expertos en los medios generalistas, económicos y de aviación que recuerdan a diario a Boeing que no es realista pensar que el 737 Max puede sobrevivir a esta nueva crisis que se suma a la anterior.
Boeing ahora mismo ha invitado a los directivos de las aerolíneas a que visiten sus fábricas, como si eso pudiera paliar la imagen que ha creado el avión. Los especialistas consideran que la situación de este modelo es comparable a la que vivió el DC10 y que incluso arrastró el MD11, su sucesor.
El asunto es mundial, pero muy especialmente afecta a Estados Unidos. No sólo porque el Max 9 fundamentalmente estaba en América sino porque Boeing es muy sensible a su país, sobre todo. Por eso se reproducen a diario los documentos filtrados por los trabajadores de las factorías de la compañía en los que se veía que no había rigor en la construcción o el informe del Congreso que literalmente dice que “Boeing se equivocó en el diseño y desarrollo del 737Max y la FAA (la autoridad americana de la aviación) ha errado en sus controles y en la certificación”.
El argumento más doloroso y repetido es que Boeing se ha centrado en bajar costes y eso la ha llevado a externalizar su producción y así se ha perdido el control de la calidad. Igualmente, la necesidad de la compañía de acelerar las entregas ha creado una presión sobre la calidad que origina críticas.
Las miradas están ahora dirigidas a Boeing y a Spirit AeroSystems, que produce las cabinas del avión en Kansas.
El problema es que Boeing ahora mismo no tiene alternativas y si deja de fabricar el 737 necesitará años hasta tener un reemplazo. Pero la presión es muy potente y cuesta imaginar que todo vuelva a ser como antes tras lo que está ocurriendo.
Como reveló REPORTUR.us, otro avión de Boeing volvió a fallar el domingo en Japón. Despegó del aeropuerto Sapporo a donde tuvo que regresar luego de descubrir una grieta en el parabrisas de la cabina (Más fallas en Boeing: hallan una grieta en el parabrisas de la cabina).
Y siguen fregando que América es solo USA, America es todo el continente desde el Cabo Barrow hasta Tierra del Fuego y USA es parte de America, no es America.
Nadie está fregando… Quítate tú complejo 🤣 sabes a qué se refiere.
Boeing está perdiendo tanto con los problemas de 737Max, que no sé si le convendría regresas a los 737 New Generación.
El problema de Boeing es que está entre la espada y la pared. Ya no pueden abandonar el 737 Max porque las pérdidas serían tantas que eso significaría la quiebra de la compañía y de seguir adelante se arriesgan a otra serie de fallas mortales qué también significarán la quiebra de la compañía. Su suerte ya está echada. Airbus y China festejan