El vicepresidente de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), Peter Cerdá, reclamó al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, que la aerolínea pública tenga las mismas condiciones e incentivos que las comerciales como Aeroméxico, Viva y Volaris para que la industria no se vea afectada, según publica El Financiero.
El proyecto de López Obrador consiste en operar una línea aérea con una flota inicial de 10 aeronaves para conectar a destinos turísticos que no son atendidos por las empresas actuales. Para ello, el presidente se ha acercado con la empresa estadounidense Boeing, la cual brinda asesoría para conseguir esa decena de aeronaves.
La aerolínea, que podría tener el nombre de Mexicana si se concreta la compra, será propiedad de los militares y operará en el AIFA, esto para detonar el flujo de pasajeros en ese aeropuerto que fue construido por elementos castrenses y en el cual se han puesto las esperanzas para desaturar el aeropuerto de la Ciudad de México.
El gobierno federal dio una prórroga hasta el próximo 5 de julio para que los extrabajadores y jubilados de la extinta aerolínea se pongan de acuerdo y poder así continuar con la negociación de compra-venta de la marca y algunos activos de Mexicana de Aviación, por un monto alrededor de 817 millones de pesos, como reveló REPORTUR.mx (Mexicana de Aviación: pelea entre jubilados dilata venta de la marca).