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La compañía Stratolaunch, una de las mejores en el mundo en el campo de la revolución supersónica dentro del sector de la aeronáutica, dispone de un vehículo hipersónico junto a la nave nodriza Roc, con la que pretende unir a Madrid con Nueva York en una hora.
Si el avión Concorde tenía un crucero de 2 veces la velocidad del sonido, conocida como Mach 2, con poco más de 2.000 km/h, el hipersónico inicia a partir de 5 veces la velocidad del sonido y el vehículo de Stratolaunch alcanzaría hasta 6, lo que permitiría que la distancia entre Madrid y Nueva York se pueda hacer en menos de una hora.
«Hemos realizado una variedad de pruebas en tierra antes de este primer vuelo de transporte acoplado, y con cada hito conseguido, hemos generado confianza en que el hardware funcionará exactamente como fue diseñado», ha declarado Zachary Krevor, director ejecutivo y presidente de Stratolaunch. «Es emocionante ver que el arduo trabajo del equipo se hace realidad y ver a los vehículos volando como un sistema integrado», según lo recoge El Español.
La última prueba hizo en el desierto de Mojave, California, USA, usando el Roc y el primer prototipo de la nave hipersónica Talon-A, llevaron a cabo un vuelo de 5 horas y 6 minutos a una altitud máxima de 7.000 metros. El objetivo de esta prueba ha sido medir las cargas aerodinámicas del vehículo hipersónico mientras estaba acoplado.
Como lo informó REPORTUR.us, el futuro de la aviación está a un paso con taxis voladores, aviones supersónicos y eléctricos de la mano de American Airlines, United Airlines y Delta Airlines, las tres aerolíneas punteras americanas que adelantan una revolución aerocomercial en el mundo. (USA: revolución aérea de United, Delta y American con aviones eléctricos, supersónicos y taxis).
American Airlines ha decidido ser pionera en la nueva era de los vuelos supersónicos junto a Airbus y Boeing después de la exitosa performance de El Concorde entre 1976 y 2003 que logró conectar París con Nueva York en tres horas y media a una velocidad que superaba los 2.000 kilómetros por hora.
Menos lobos, Caperucita.
De aquí a entonces, ya hablaremos.