Norwegian anunció el cierre de sus bases españolas de Gran Canaria, Tenerife y Mallorca, y que desde abril también disminuirá las frecuencias con estos destinos, a la vez que cancelará la ruta Tenerife Sur-Roma dentro del programa de reducción de costes en aeropuertos europeos y estadounidenses (Norwegian anuncia que ha ahorrado para llegar a abril).
Norwegian también anunció recortes de plantilla, que ya ha comunicado a los sindicatos, afectando esta reestructuración a algunas de las rutas operadas por los modelos Boeing 737-800 y 737 Max 8. “El objetivo es garantizar que todo esto afecte al menor número posible de empleados”, ha dicho Helga Bollmann Leknes, directora gerente de Norwegian Air Resources.
Además de las bases españolas, Norwegian también renunciará a las de Roma Fiumicino y Providence en Estados Unidos. Como ha informado preferente.com, Norwegian ha acumulado una deuda de 2.500 millones de euros y vive una situación financiera muy delicada, tal y como han constatado también agencias de calificación de deuda como Moody’s (Moody’s confirma la debilidad financiera de Norwegian, Thomas Cook y Virgin).
IAG, matriz de Iberia, se ha interesado en comprar Norwegian tras adquirir acciones de la aerolínea, pero las negociaciones no han fructificado. Como reveló REPORTUR.com.ar, Norwegian Air Shuttle, con un ambicioso plan de desembarco en la Argentina, tuvo que lanzar hace unos meses una ampliación de capital (Norwegian pierde en 18 meses la mitad de su capital en contraste con Ryanair).
Norwegian está sufriendo constantes desplomes bursátiles que parecen no tener fin luego de presentar recurrentes pérdidas en sus resultados anuales y trimestrales, unido todo ello a que baja la ocupación de sus aviones, y a que sus ratios de deuda están muy por encima del resto de sus competidores europeos (La deuda de Norwegian, muy superior a la de sus rivales).
La desconfianza de los inversores sobre Norwegian, junto a los citados motivos, se fundamenta también en el recelo sobre su estrategia, que es considerada como demasiado dispar –vuelos transatlántico de pasillo único, ofensiva por mercados inconexos, entrada en la Argentina, low cost de largo radio– y poco sostenible para una aerolínea con aún escaso músculo (Récords de ocupación de Iberia, Ryanair y Vueling, y desplome de Norwegian).
Junto a todo ello, Norwegian afronta también que su avión estrella, el Boeing 787 Dreamliner, está siendo llamado a revisiones por problemas en sus motores Rolls-Royce, a lo que se une el repunte del petróleo en los últimos tiempos, que ya ronda los 70 dólares por barril de Brent (Ryanair señala a las 4 que sufrirán con el petróleo: TAP, Flybe, LOT y Norwegian).
Karl Johan Molnes, jefe de Análisis de Norne Securities, un fondo noruego que gestiona activos valorados en 50.000 millones de dólares, asegura que “Norwegian es un pozo sin fondo”, y esperan que “lo que deben hacer es acabar con su apuesta por la larga distancia, ahora que la aerolínea va a invertir en Argentina, donde nadie gana dinero” (Analistas esperan que Norwegian tenga que retirarse de Argentina).
El jefe de Análisis de Norne Securities, como recoge Business Insider, descarta los motivos por los que Norwegian justificó las abultadas pérdidas, y a su entender estas se debieron a que no obtuvo permiso para volar a Estados Unidos con tripulaciones asiáticas, y porque debe atraer a más pasajeros de negocios si quiere ganar dinero.