Tras años de obras y crecimiento disparado, Pekín, Estambul y Dubai ultiman estrenar sus renovados aeropuertos con la vitola de sucederse como mayor instalación del mundo, con capacidad mínima para recibir a 100 millones de pasajeros, como recoge esta sección Fin de semana de análisis en REPORTUR.
En China, la última fase de la construcción del Aeropuerto Internacional de Pekín-Daxing ha comenzado y se espera que este espacio entre en operaciones el próximo 30 de septiembre de 2019, justo antes del Día Nacional de China, en un proyecto que empezó a hacerse realidad en 2014 cuando alertaron que la capacidad del Aeropuerto Internacional de Pekín había llegado a su límite, aún cuando en 2008 la terminal tres había sido inaugurada con motivo de los Juegos Olímpicos.
Adaptado con siete pistas, este aeropuerto de 700 mil metros cuadrados de superficie, producto de una colaboración entre el francés Groupe ADP con la reconocida arquitecta iraquí Zaha Hadid. estará ubicado a 46 kilómetros del centro de Peking y se espera una capacidad de 100 millones de pasajeros por año para el 2025, aunque durante su primera fase tiene como objetivo albergar a 72 millones de pasajeros al año, pudiendo recibir hasta 620.000 vuelos por año.
Pero no obstante, Estambul ya tiene oficialmente el mayor aeropuerto del mundo: 76,5 millones de metros cuadrados aunque no está completamente activo, pues el nuevo ‘Istanbul Airport City’ se encuentra a 35 kilómetros de la capital, consta de tres terminales y seis pistas con una capacidad que se puede elevar a 200 millones de pasajeros al año en 2023.
Si se cumplen esos pronósticos, esta infraestructura será el aeropuerto con más tráfico del mundo, doblando casi los 104 millones de pasajeros que transitaron en 2017 por el Hartsfield-Jackson Atlanta International Airport, que ostenta actualmente el récord.
“(El aeropuerto de) Atatürk aumentó su actividad un 22% en cinco años y ya no podía crecer más. Necesitábamos una nueva construcción”, explicó recientemente Kadri Samsunlu, director de IGA, a un grupo de periodistas, refiriéndose al principal aeródromo de Turquía, también en Estambul.
El LÍDER. Pero ahora es el aeropuerto de Dubái (Emiratos Árabes Unidos), que recibió el pasado año 2017 un total de 88,2 millones de pasajeros, un 5,5% más que el año anterior, el que por cuarto año consecutivo se ha convertido en el aeródromo con mayor número de viajeros internacionales, según el informe anual de tráfico emitido por la operadora Dubai Airports.
Dubái prevé gastar US$35.700 millones para desarrollar su segundo aeropuerto, el Internacional de Al Maktoum en los próximos años, un desarrollo en distintas fases de seis zonas de 140 kilómetros cuadrados que una vez finalizado, será el mayor aeropuerto del mundo con una capacidad que superará los 220 millones de pasajeros.
Al Maktoum está cerca de la ubicación de la Exposición Universal 2020 en el sur de la ciudad, y Dubái planea trasladar allí a Emirates, su aerolínea insignia, para 2025. El Aeropuerto Internacional de Dubái y el de Al Maktoum crecerán para ofrecer servicio a 146 millones de pasajeros para 2025, frente a los 78 millones que atendieron en 2015, según dijo su gobierno en 2016.
Dubai y Estambul están haciendo un aeropuerto a medida de sus dos grandes aerolíneas, Emirates y Turkish, para que sus hubs puedan seguir creciendo, pero también en Sudamérica hay un caso como Perú donde se última la ampliación del aeropuerto de Lima para crecer aún más en pasajeros.
Antes de fin de año iniciarán las obras de la tercera y última fase de la ampliación del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez (AIJCH), que demandará una inversión de US$ 1,500 millones y consolidará Perú como un importante hub en la región, ya que hoy ya es el tercer aeropuerto de Sudamérica con más pasajeros tras Sao Paulo y Bogotá.
La nueva infraestructura –que triplicará la actual– estará lista antes del 2024 y tendrá una capacidad inicial para atender a 35 millones de pasajeros anualmente, por lo que en cinco años Perú tendrá la primera Ciudad Aeropuerto de Sudamérica, mientras otros países como México han descartado un macroaeropuerto.
El dilema de México y Madrid
Una inaudita consulta ciudadana dictaminó que el crecimiento aeroportuario de la Ciudad de México no debía pasar por una obra ya avanzada de un macroaeropuerto cerca del actual de Benito Juárez, sino por una modesta base militar al norte de la metrópoli que sería ampliada para que pervivieran en la capital del país tres aeródromos ya que al actual se le une el de Toluca.
La medida de cancelar el aeropuerto proyectado fue rechazada por todos los expertos y fuerzas vivas turísticas de México, que aún así no lograron sacar de su empeño al nuevo presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, aunque ahora meditan que la iniciativa privada siga adelante con la instalación.
España afronta un debate similar al conocerse la intención de unos inversores de convertir el aeródromo de Casarrubios en un aeropuerto para low cost al suroeste de Madrid, que se ha encontrado con el rechazo de las grandes aerolíneas del país, aunque también con amplios apoyos entre la comunidad turística, pese a que hay quienes dicen que el viajero que traiga sea de peor calidad, y preferirían centralizar operaciones en una única instalación.