El mercado español lleva años evidenciando que las quiebras de Marsans y Orizonia no han sido suficientes para ajustar la oferta a la demanda, pues la desaparición de dos grandes redes se ha visto compensada con el auge de las online, así que ahora se están acelerando los movimientos para una concentración de las principales agencias en menos grupos, y la entrada a la par de capital extranjero, como desgrana esta sección Fin de semana de análisis en REPORTUR.
Las dos mayores redes de España son el mejor ejemplo de que no hay sitio para tantos grupos, ya que encadenan años de estancamiento en las ventas como en el caso de la que más factura del país ibérico, Viajes El Corte Inglés, o de grandes pérdidas y reducción de ingresos en la que tiene más puntos de ventas, Halcón Viajes.
Esta situación ha llevado a que sus matrices, Globalia y El Corte Inglés, lejos del mejor de los escenarios en materia de deuda, hayan coincidido en tantear la venta de sus cadenas hoteleras, Be Live de un lado y Ayre Inglés del otro, a la vez que contemplan desinvertir en sus áreas emisoras al no ser en ambos grupos el núcleo central de sus negocios.
Las otras dos grandes grandes del país, no obstante, viven coyunturas distintas, habiendo impulsado nuevos modelos de agencia y registrando crecimientos recurrentes en los últimos ejercicios, además de ser el negocio emisor el núcleo de actividad de los conglomerados que capitanean los considerados como ejecutivos más competentes del país, Gabriel Subías y Rafael García Garrido.
La recién bautizada como Ávoris demuestra un claro perfil ambicioso con su papel protagonista en la consolidación de touroperadores, que no esconden querer extender también al área minorista tanto del mercado español como de los países más afines y su expansión en Latinoamérica.
En el caso de Wamos Group, hay un proceso abierto para dar entrada a inversores como minoritarios en el capital junto a Springwater, y dos grupos chinos son los candidatos que analizan seriamente si merece la pena invertir en un conglomerado sin tener la mayoría accionarial.
ESPAÑA. Tras la salida de Carlyle y Royal Caribbean, la propiedad de los emisores españoles volvió a recaer en manos nacionales si se incluye a un suizo como Martin Gruscka como local por estar radicado en la Gran Vía madrileña y asentado en el país con varias inversiones y una pareja mallorquina.
Juan José Hidalgo, Simón Pedro Barceló y Dimas Gimeno son los presidentes además de los accionistas de referencia en las matrices de los grandes emisores españoles, pero sus negocios centrales son la aerolínea Air Europa de un lado, los hoteles Barceló de otro, y los centros comerciales de El Corte Inglés del último.
Así, son extranjeros los inversores que demuestran más interés en entrar en el mercado emisor español, ya sean con gigantes de la propia industria o de fondos que ven con agrado un escenario de consolidación que permita mejorar la menguante rentabilidad actual de los principales actores.
El ejemplo de Wamos Group con el interés de chinos, y también de Alpitour en una fase más preliminar de su proceso de venta, avala la preferencia de la inversión extranjera de entrar en un mercado tradicionalmente dominado por nacionales, y que es un objetivo reconocido abiertamente para Tui y para Thomas Cook, además de para fondos principalmente radicados en Londres.
GLOBALIA. El grupo turístico español que más factura gracias a Air Europa es el que tiene más papeletas para acabar con otro propietario, dada la intención manifiesta de los herederos en vender, solo impedida siempre por el patriarca, y dado el poder del Banco Santander en el conglomerado.
El Santander está cada día más metido en Globalia, poco a poco pero sin vuelta atrás, y tiene en su mano el control del grupo gracias a que su deuda está pignorada con acciones, aunque solo apretaría el botón rojo de la conversión en caso de que tuviera ya un comprador asegurado con el que garantizar el cobro de las obligaciones del grupo.
Globalia podría alcanzar una valoración superior a los 500 millones de euros, sobre todo por la slots y la flota de Dreamliners, pero el grupo cuenta con una deuda de alrededor de 250 millones que habría que reducir al precio de venta, con lo que a los accionistas de la familia Hidalgo apenas les llegaría una cantidad inferior a los 200 millones.
El patriarca del grupo siempre se ha negado a vender, pues quienes más le conocen aseguran que a él lo que le gusta es comprar, además de que él vive bien y no tiene necesidad de más dinero o de saldar su deuda personal, que ronda en su cuantía a la del grupo, pero los hijos piensan diferente en este asunto.
No obstante, los Hidalgo pelean por asegurarse el control del grupo y obtener dinero para comprar al Santander el 10 por ciento del capital que ostenta heredado del Popular, aunque a la entidad de Ana Botín lo que le preocupa más es la deuda, de unos 500 millones en total entre la corporativa y la personal, que el valor de su capital en Globalia.
VECI. En el caso de la red que más factura de España, el escenario no es dramático ni son noticia recurrente por sus trifulcas, pero desde hace unos años se han planteado la venta de sus agencias, sobre todo cuando los acreedores han apretado más a su matriz con la deuda.
Hace unos años la venta de Viajes El Corte Inglés fue movida desde Londres, y los ejecutivos más próximos a Dimas Gimeno tuvieron varias reuniones informales con potenciales compradores para tratar el asunto, pero finalmente se acabó decidiendo dar marcha atrás, como reconoció al poco el director general de la agencia.
La red fue objeto de las diferencias entre máximas accionistas y presidente, pues las dueñas no querían perder una generadora de beneficios asegurados como es una agencia que es la que más comisiones recibe de sus proveedores al ser la única no integrada en un grupo vertical.
No obstante, la situación ha vuelto a cambiar en estos meses con el ascenso de Jesús Nuño de la Rosa para prácticamente ser el primer ejecutivo de la matriz junto a Víctor del Pozo, y para las hermanas Álvarez, ahora con su directivo de confianza a su lado, la opción de sacar beneficio con el negocio turístico no sería tan mal vista, incluso aunque fuera con solo parte de esa división.
ÁVORIS. En este contexto, el grupo emisor propiedad de la familia Barceló y capitaneado por Gabriel Subías aparece como el que más opciones tiene de ser protagonista en la consolidación del sector, ya que su equipo gestor es considerado no solo el más solvente sino el más ambicioso y el que generacionalmente tiene más recorrido.
Desde el minuto uno de aterrizar en la entonces Barceló Viajes, sus máximos ejecutivos nunca han escondido que su horizonte era no dejar de crecer hasta ser uno de los ‘players’ que quedasen en el negocio, augurando que no había mercado para tantos y que solo los más fuertes sobrevivirían.
Algunos portales han incidido en dar proyección a los rumores que desde hace años apuntaban a que los Barceló se desharían de su negocio emisor, pero la realidad sigue siendo que la familia propietaria está cada día más cómoda con esta actividad que le reporta beneficios superiores a los que pudieran esperar hace un lustro.
La entrada de un inversor extranjero no se descarta del todo para el medio plazo pero siempre sería con unas condiciones bastante extraordinarias como una oferta astronómica en la que se mantendría el proyecto y el actual equipo gestor, responsable de los recurrentes crecimientos.
WAMOS. Pero de todos los grandes grupos turísticos con agencias, solo hay uno que haya puesto en marcha un proceso oficial de venta, aunque de una parte minoritaria, y al cierre de esta edición seguía por dilucidarse si alguno de los finalistas chinos sería el elegido o aceptaba las condiciones de entrada.
En los cerca de cuatro años que Martin Gruscka se hizo con la matriz de Nautalia y la entonces Pullmantur Air, apoyado en su momento con Javier Díaz, que fue clave negociando con Royal Caribbean, Wamos ha logrado dar la vuelta a sus cifras y consolidar también un equipo gestor hoy reputado tras sus resultados.
La agencia y sobre todo la aerolínea gana dinero, y eso es una noticia dado el nivel de pérdidas en la que Nautalia arrancó, mientras el pasado verano logró ser la gran red que más creció y la que también con un modelo fresco parece acercarse más a lo que el cliente actual demanda.
Así, los cambios parecen ahora sí inaplazables para la peculiar industria emisora nacional, donde a diferencia de otros países de Europa apenas tiene presencia gigantes como Tui o Thomas Cook debido a que el vacacional en España tiene dentro de sus fronteras el producto preferido por los locales, gracias a la cercanía geográfica, infraestructura, clima y playas.
Además de por el desfase entre oferta y demanda, otros factores que empujan a la consolidación es que ahora existe en el mundo “más dinero que proyectos”, fruto de que son las empresas las que proporcionan más rentabilidades ante un entorno financiero de tipos de interés bajos, y bonos y depósitos con rentas ínfimas, con lo que en poco tiempo la industria emisora parece que tendrá un mapa de propietarios muy distinto al presente.