Oasis fue la primera marca española en llegar a Cancún en 1985, y lo curioso es que con él, e invitado por él, llegó grupo Sol Meliá de su amigo Escarrer. Hoy es un desenfadado empresario que disfruta de la vida, de la comida, el vino y un buen cigarro, como desgrana este medio dentro de su sección Fin de semana de análisis en REPORTUR.
Pueyo recuerda aquel 1985, cuando andaba buscando en que invertir, y estuvo a punto de hacerlo en Dominicana, pero en una cena con un mexicano, que confiesa no recordar el nombre, le platicó de lo que ofrecía el gobierno de México para invertir en un lugar llamado Cancún, y ahí empezó todo.
México estaba en crisis económica, e inventó los llamados swaps, que era como comprar deuda, pero había que construir rápido, si no, el valor aumentaba, y así nació Oasis, y desde entonces solo Quintana Roo ha sido testigo del recorrido por todos los ámbitos de la hotelería.
“Por creatividad no paramos, hicimos todo para que esto funcionara, para detonar lo que hoy es este gran destino”, asegura Pueyo, y reflexiona sobre sus experiencias como agente de viajes y receptivo (Caribe Maya), luego dueño de una línea aérea (Aerocancún), que dejó luego de 10 años de operación, “había cuartos y la gente quería venir desde España, pero no había en que traerlos, así que tuvimos que poner los aviones”.
Estos recuerdos le traen sonrisas a la cara, algo que no sucedió cuando recordó su peor época entre 2007 y 2012, con aquella fallida alianza con Globalia, un conflicto que lastimó no solo a Pueyo, que recuerda sus hoteles vacíos, pues la acción legal le impedía vender, pero este hecho lastimó a Cancún, ya que Oasis representaba casi el 15% de los cuartos de la oferta.
Sin enfado, platica el episodio de su separación de la Asociación de Hoteles de Cancún, que no respetaron los estatutos, pero tampoco está preocupado por volver, “hay quien quiere hacer contrapeso con el gobierno, y aquí hemos aprendido, y nos ha salido caro, el único contrapeso es un sana relación”.
Con su característica larga cabellera, mirada relajada y actitud desenfadada habla de la que dice será la mejor época de Oasis, y se invierte 29 millones de dólares en mejorar la infraestructura para incrementar la calidad, ya que «es algo que Cancún en esta época ha entendido bien y no nos vamos a quedar atrás».
Además, orgulloso, platica de los eventos que ha traído a su Arena Oasis, para divertimento de sus huéspedes, y abierto al público cancunense.
Confiado en un equipo con sólida experiencia como Guillermo Portella, con más de 20 años en este país y que ya se siente mexicano; Javier Marañon, desde 1991 fundador de Aerocancún, y recientemente, su nuevo capitán es Jean Agarrista, el puntal del cambio a hoteles de lujo. Él estuvo muchos años en Occidental, y es además el presidente de la Asociación de Hoteles de la Riviera Maya.
Esta cúpula directiva, leal por tantos años y amplia conocedora, tiene entre abierta la puerta para que pronto se vean más Oasis en Quintana Roo, confiesa Pueyo que en la Riviera Maya, en la zona de Cantemó, cerca de Tulum, “tenemos algunos kilómetros frente al mar, ya veremos que se nos ocurre”, y sonríe.
Queda claro que Pueyo, el gran hotelero español que más ama a Cancún, y el único de ellos que reside en el destino, no ha escrito su última página como hotelero, le queda mucho ímpetu, tiene un equipo comprometido, y lo más importante, hoy en día, en el Caribe mexicano, hay tierra para crecer.
Palabras muy agradable y de elogio para el Sr. Pueyo. Sin embargo, no se habla de sus negocios frustados y de todo el dinero que dejó a deber a clientes y proveedores en otras empresas.
Mi opinión es que no es de fiar y desde luego me lo pensaría dos veces antes de hacer negocios con él.
Ya le gustaría parecerse aunque sea un poco a su amigo y gran empresario Escarrer.
No veo en tu perfil Pedro Pueyo Toldrá, gracias a quien pudiste invertir en Cancún ….
No sabía que él era el dueño, hasta ahora con su fallecimiento…