Empleados de la cadena hotelera Decamerón recordaron anécdotas del carismático empresario
Si hay una frase que nunca olvidará el vigilante de la cadena Decamerón, Carlos Mercado, fue una que le enseñó su patrón de toda la vida: Lucio García Mansilla: ‘Full completely’, la que le sirvió para conocer el grado de generosidad que tuvo en vida el hotelero argentino que sembró profundas raíces en Cartagena y Colombia.
Con esa frase en los labios, Mercado viajó de vacaciones a varios de los sitios donde Lucio tenía hoteles y allí era atendido a cuerpo de rey.
“En el aeropuerto nos recibía un carro último modelo, nos daban las mejores habitaciones de los hoteles, comíamos a la carta y nos trasladaban a los sitios turísticos de las ciudades gratis, con solo decir la frase ‘full completely’ “, recuerda el hombre que sirvió durante 20 años como jefe de seguridad.
Era la frase con la que identificaban a los invitados especiales de Lucio.
Por eso, el pasado 17 de octubre, durante el homenaje que le hicieron sus amigos y familiares a Lucio García, tras su repentina muerte ocurrida en Nueva York cinco días atrás, se arrimó en la parte posterior de catamarán donde la familia llevó las cenizas de su jefe para lanzarlas al mar Caribe, frente a Barú, y como un niño lloró durante varios minutos.
A solas, sin que nadie se diera cuenta el profundo aprecio que sentía por el hombre que 20 años atrás lo mandó a hacer un curso de vigilante y le dijo: ‘’¿Te atreves a ser mi escolta personal?’.
Desde ese día, cada vez que García llegaba a Cartagena su misión era estar junto a él, cuidarlo y aguantarle las repentinas rabietas, que eran tan efímeras como explosivas. Sabía que al rato ya era un globo desinflado que corría a abrazarlo y a excusarse por cualquier frase salida de tono.