Al darse cuenta que la calefacción del compartimento de carga fallaba, un piloto de Air Canadá no dudó en cambiar el itinerario del vuelo y aterrizó antes de que el avión ingresara en la zona del océano Atlántico. El motivo era que en el compartimento viajaba Simba, un bulldog francés de 7 años.
Al entrar en la zona del Atlántico, la temperatura puede caer hasta los -40º y -60º, algo que supondría la muerte del perro si había una falla en el sistema de calefacción en el sector de carga.
Por ello, el piloto, de quien no se sabe su nombre, pidió de manera urgente aterrizar en el aeropuerto de Frankfurt, Alemania. La explicación que dio a la torre de control del aeropuerto germano fue clara: «Soy responsable de todas las vidas en el avión, tanto humanas como caninas».
Tras más de dos horas, que se calcula que le puede haber costado algo así como 10 mil dólares a Air Canada, el vuelo siguió su rumbo. El perro terminó llegando a Toronto.