En su penúltimo día como secretaria de Turismo, Claudia Ruiz Massieu tuvo una reunión con empresarios del ramo, en la que se tocaron diversos temas, entre ellos la pre-internación. Aquí mismo en REPORTUR.mx ha quedado claro que la postura de algunos, como el Grupo Aeroportuario del Pacífico de Eduardo Sánchez Navarro, es un “no” rotundo al tema.
En su cargo anterior, Ruiz Massieu tendría que gestionar ante la cancillería que se pusiera en práctica esta estrategia para facilitar la entrada y salida a los viajeros estadounidenses, que pasarían migración y aduana antes de abordar en su país y antes de hacerlo en México, para su regreso.
Hoy, desde la Secretaría de Relaciones Exteriores, Ruiz Massieu puede empujar este proyecto, que, como se ha dicho, podría iniciar como prueba piloto en Toluca y Cancún. La negativa del GAP no es cualquier cosa, pues maneja aeropuertos con un gran tráfico internacional, aunque nunca como Cancún. Ellos manejan por ejemplo Tijuana, Guadalajara, Los Cabos y Bajío (León) .
Todo indicaba que finalmente, después de conseguir lo más difícil, la reforma a la Ley Federal de Armas de Fuego y Explosivos, que aprobó recientemente el Congreso, sería la entrada fast track a la pre-internación, sin embargo, surgieron los opositores.
Lo que no quedó claro en la comida con la todavía secretaria de Turismo es si está de acuerdo o no en que se lleve a cabo, después de escuchar argumentos a favor y en contra. Pero parece que los contras tienen que ver con quien va a hacer la inversión.
De acuerdo a fuentes consultadas por REPORTUR.mx, los grupos aeroportuarios son los que no quieren cargar con la inversión de montar la infraestructura, para que los procesos se puedan llevar a cabo, por lo que se hacen a un lado y presionan para no concretar este planteamiento, que entre los empresarios de Quintana Roo es algo que además es cuestión de competencia regional, pues en República Dominicana han empezado a poner en práctica este proceso.
La pre-internación se refiere a la posibilidad de que viajeros internacionales, no sólo estadounidenses sino también Mexicanos y de otras nacionalidades sean verificados y autorizada su entrada a EU en territorio mexicano por los agentes uniformados y armados del Departamento de «Homeland Security» previo a su abordaje al avión que les lleve a su destino en USA, a fin de que a su llegada, aterricen y desembarquen como si se tratara de un vuelo de cabotaje, es decir, un vuelo local dentro del territorio de EU puesto que el proceso de internación (a USA) se llevó a cabo en el aeropuerto de México del que partió hacia EU.
El tema de tener agentes extranjeros, uniformados y armados en los aeropuertos de México, independientemente del costo que aparentemente tendrían que cubrir los operadores de los aeropuertos nacionales (mexicanos) actualmente concesionados a particulares, es delicado ya que equivaldría a cederle a USA derecho de extra-territorialidad. No corresponde a la Secretaría de Relaciones Exteriores el autorizarlo. Por lógica corresponde al Instituto Nacional de Migración, que es un órgano de la Secretaría de Gobernación – pero nuestro H. Congreso también tendrá vela en ese entierro.
El trámite de salida de México para todos los viajeros aéreos no sufriría cambio alguno y seguiría quedando, malamente, como responsabilidad de la línea aérea que los transporte. Digo «malamente» porque no pienso que sea correcto que una línea aérea de bandera extranjera, como por ejemplo Lufthansa, tenga autoridad para aplicar las leyes Migratorias o de otra índole, en México, ya que éso es a lo que las disposiciones actuales obligan a las líneas aéreas cuando les exigen verificar la documentación e identidad del viajero para permitirle salir del país. Para todo efecto práctico, el personal de despacho de la linea aérea toma el lugar — y funciones — de un agente del INM.