El Gobierno de Venezuela que preside Nicolás Maduro continúa con su lucha para evitar los viajes al extranjero en busca de dólares más baratos. Cada dólar que compran los ciudadanos en el mercado paralelo cuesta 47 bolívares, una diferencia importante con el cambio oficial, situado en 6’3 bolívares.
Esta diferencia que permite a los turistas venezolanos revender los dólares para obtener hasta un 600 por ciento de beneficios en el mercado negro. Muchos ciudadanos declaran a la Comisión de Administración de Divisas (Cadivi) viajes a destinos como Costa Rica o Perú y posteriormente viajan a Panamá o Aruba, lo que les permite obtener más dólares (el tope anual está en 3.000).
Para poner fin a la fuga de divisas, que el Banco Central estima en US$15.000 millones, el Gobierno activará antes de final de año detectores de huellas digitales en los aeropuertos. De este modo la cuota de dólares de los venezolanos se activará solo una vez registradas, según informa Cronista. Las multas por este tipo de actividades contemplan entre cuatro y siete años de prisión.