La industria del alojamiento de Los Angeles ha puesto en marcha un amplio dispositivo al servicio de los afectados por los fuegos, que ha permitido a las víctimas tener refugio, aunque cobrando la tarifa ordinaria. Por supuesto, el número de visitantes a la ciudad ha caído en picado y, en consecuencia, la demanda de plazas de alojamiento.
Actualmente en Los Angeles hay 180 mil personas que han sido obligadas por las autoridades a abandonar sus domicilios, en algunos casos porque ya no quedan y en otros por los riesgos.
Por su parte, la cadena Hilton y American Express han ofrecido 20 mil habitaciones sin cargo para los desplazados por la catástrofe, en uno de los pocos casos de donaciones.
Las autoridades han establecido que los hoteles de la ciudad, que hoy están prácticamente llenos, no puede cobrar más que el diez por ciento más que el precio promedio aplicado en la última semana anterior a los incendios.
El Four Seasons de Beverly Hills, por ejemplo, está lleno; igual ocurre con The Peninsula Hotel; el Sunset Tower Hotel está casi lleno y el Kimpton La Peer se llenó en horas. Pero, la patronal tiene registrados los datos de 70 hoteles que aún tienen plazas.
La industria del alojamiento está ahora trabajando intensamente en Los Angeles, en línea con lo que ya había ocurrido con motivo de huracanes (en el sureste del país) o en el caso de Nueva Orleans, cuando el Katrina destruyó la ciudad.
Muchas cadenas han creado algún tipo de programa para facilitar el alojamiento. Los ocupantes no necesariamente son familias de pocos ingresos porque en este caso se han incendiado barrios de lujo, de modo que los hoteles de cinco estrellas también están llenos.
AirBnb trabaja con las ONG para dar alojamiento provisional, aunque en este caso cobrando; Choice Hotels regala puntos a quienes hagan donaciones.
Las organizaciones hoteleras que normalmente coordinan los grandes eventos están ahora informando a los clientes de qué hoteles están con plazas y qué precios hay disponibles. El número de evacuados es elevado y los incendios aún continuan, aunque uno de los más graves se encuentra virtualmente controlado.