Los empleados de la ANAC, regulador de la aviación civil argentina, tienen más dudas que certezas acerca de su futuro. Con la reciente designación, por parte del gobierno de Javier Milei, de María Julia Cordero al frente del organismo, el mismo atraviesa un periodo de transición, donde mantener altos estándares de seguridad operacional debería ser la prioridad, tal como lo informó REPORTUR.com.ar (Milei ficha a María Julia Cordero como la titular de la ANAC)
Sin embargo, las medidas adoptadas durante la intervención generaron cuestionamientos sobre el futuro del organismo y su capacidad para responder a las demandas del sector aeronáutico.
Según el comunicado oficial, durante la intervención se eliminó el 40% de los cargos jerárquicos, suprimiendo 10 direcciones y 32 departamentos. También se redujeron cerca de 100 contratos, lo que fue presentado como un avance hacia la eficiencia.
Además, hay expectativa de posible cierre de oficinas en los principales aeropuertos del interior del país, para centralizar toda la operación y el control, de manera remota, desde las oficinas en Buenos Aires.
Entre las medidas más controvertidas estuvo la subasta de 14 aeronaves en desuso, con un valor aproximado de un millón de dólares, de las cuales tres fueron vendidas recientemente. Estas acciones buscan mejorar la administración de recursos, aunque sindicatos y expertos del sector advierten sobre posibles efectos adversos para la operatividad largo plazo.