El BBVA, que dirige Eduardo Osuna, decidió a mitad de octubre no aceptar en la relación patrimonial de sus clientes, a los bienes inmuebles ubicados en el municipio de Acapulco, según reveló en un aviso interno que supone un importante golpe para el destino.
Así, el banco comercial más grande de México se alejará de financiar proyectos en Acapulco luego de haber sufrido los huracanes Otis y John, unido a que según Excelsior tampoco los propietarios de inmuebles en Acapulco podrán usarlos como garantías para reconstruir.
Ante ello se teme una crisis social sin precedente, luego de que Josefina Rodríguez Zamora, secretaria de Turismo Federal, dijese que las dos prioridades turísticas de la presidenta Claudia Sheinbaum son Acapulco y el Tren Maya, como reveló REPORTUR.mx (Acapulco: Sheinbaum plantea 5 ejes para recuperar el turismo).
Acapulco se está viendo asfixiado por la inseguridad, la corrupción de autoridades municipales y la carencia de posibilidades para que los propietarios de miles de bienes dañados los levanten, y puedan regresar los habitantes de la Ciudad de México principalmente.