Un vuelo de Frontier desde el Aeropuerto Internacional de Denver con destino a San Antonio el 9 de noviembre fue atendido una vez aterrizó por alerta de vapores y mal olor en la parte trasera del avión que provocó náuseas a los asistentes de vuelo.
En destino, el departamento de bomberos del aeropuerto acudió para realizar pruebas y buscar gases venenosos o tóxicos. Sin embargo, los bomberos informaron que no hallaron ningún humo tóxico dentro de la aeronave.
De acuerdo con los testimonios de los asistentes de vuelo, el olor era fuerte y avisaron al piloto luego de diez minutos de vuelo porque se sentían mal, pero decidieron continuar el trayecto hasta aterrizar, pues ningún pasajero se quejó.
El Oficial de Información Pública de SAFD, Joe Arrington, señaló que al llamado respondieron con un gran despliegue de personal especializado para atender la emergencia, pero no encontraron ningún indicio de olor tóxico. Los tripulantes fueron evaluados por personal médico y fueron dados de alta por no encontrar ninguna complicación de salud, así lo recoge Simple Flying.
Por su parte, la aerolínea informó que la aeronave Airbus A320 permaneció en la terminal aérea para la revisión y así determinar que fue lo que sucedió.
Como lo informó REPORTUR.us, recientemente se presentó otro incidente con un remolque que chocó el Airbus A321 de Jetblue minutos antes de su despegue, por lo que provocó 11 horas de retraso del vuelo que cubría la ruta desde el aeropuerto de Boston y el del aeropuerto de San Francisco. (Avión de Jetblue choca con remolque y retrasa el vuelo 11 horas).