Un resort situado en una isla privada en la costa pacífica de Panamá marca un hito arquitectónico al estar construido con recubrimientos naturales sobre estructuras modernas.
Con siete playas aisladas, este hotel está formado por ochos casas y una villa de seis habitaciones.
Cada casa, escondida en medio de la selva, cuenta con un tejado de paja y solo se puede llegar a ella a través de un camino privado.
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